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Ingeniero Felipe Valle: segundo director del Observatorio Astronómico Nacional

Ingeniero Felipe Valle: segundo director del Observatorio Astronómico Nacional

ALEJANDRO AHUMADA R. 29 dic 2022 - 08:03

(Primera de cuatro partes)

El ingeniero Felipe Valle, desde su llegada al Observatorio, tuvo el privilegio de participar en dos eclipses solares totales y en uno anular. Cuando el Ingeniero Miguel Anguiano dejó el puesto de director del Observatorio Nacional de Tacubaya en 1899, se cerró un primer ciclo muy importante en la astronomía moderna mexicana, así como también en especial se comenzó a formar un camino con rumbo al eclipse de septiembre de 1923.

La astronomía estaba en una fase de crecimiento muy temprana, la experiencia era escasa y se necesitaba la práctica continua con el equipo recién instalado. Estas carencias se fueron disipando en una siguiente etapa, comandada por el ingeniero Felipe Valle.

No todo fue fácil y sencillo, el observatorio, en los años que requirió para su construcción, tuvo una serie de altibajos, donde gracias al esfuerzo y al empeño de ingenieros, geógrafos, astrónomos, aficionados, políticos y más personajes, se pudieron superar de la mejor forma posible.

El ingeniero Felipe Valle, al tomar la dirección del Observatorio Nacional en 1899, ya contaba con una vasta trayectoria laboral en el medio científico; por varios años estuvo involucrado en proyectos relevantes del mismo observatorio y bajo la dirección del Ingeniero Anguiano.

Los primeros acercamientos que tuvo con él comenzaron en el año de 1882, se desempeñó como su ayudante en la observación del paso de Venus realizada en el castillo de Chapultepec. En el año de 1884 logró su ingreso formal a la institución, desarrollando tareas como ayudante de observador, esto debido a la salida del Ingeniero Joaquín Mendizábal, quien desempeñaba este puesto.

En los años siguientes fue encomendado a la realización de observaciones diarias del sol, llevando el registro de manchas solares, entre otras investigaciones.

Fueron muchos los momentos importantes que vivió Valle dentro del Observatorio Astronómico Nacional, de todos estos tuvo uno en especial que marcaría su vida.

Comenzó en el año de 1889 al ser asignado como encargado del telescopio ecuatorial, el cual fue uno de los telescopios más importantes que conformaron a este centro, donde él debía ejecutar observaciones y en especial darle mantenimiento para su óptimo funcionamiento. Al momento de ser adquiridos tiempo atrás como parte del proyecto de creación de esta institución, existió la gran duda de qué equipamiento se debía elegir para cumplir con la petición principal encomendada a este magno proyecto, que "tenían que ser lo mejor en ese momento".

La experiencia en esto era casi nula, el ingeniero Miguel Anguiano como encargado del proyecto de creación del observatorio efectuó un viaje a Europa, buscando proveedores para tener la mayor certeza al momento de definir la compra.

En este continente visitó varios observatorios para conocer sus telescopios y equipos, el viaje fue largo e intenso, consultando y asesorándose en cada observatorio visitado, para así ratificar la lista de equipos que se adecuaran a las necesidades y especificaciones de nuestro país.

La compra se realizó, pero las dudas seguían y eran muchas, desde su instalación, eran telescopios que requerían altas especificaciones para su montaje, el más pequeño fallo podía producir vibraciones al momento de su uso, afectando su funcionalidad; los cálculos del lugar para los cambios de temperatura que también, de estar mal, afectarían la claridad y nitidez de las observaciones y fotografías de larga exposición, la incertidumbre seguía presente.

¿Realmente se habría hecho bien la elección de los equipos? Por otro lado, el desconocimiento del uso y manejo de los telescopios para el máximo aprovechamiento de estos, así como muchos otros dilemas existieron.

Y fue el Ingeniero Felipe Valle a quien le tocó disipar esa incertidumbre en gran medida.

El ingeniero Valle, desde el inicio del año de 1889 fue el encargado del gran telescopio ecuatorial y a un año de esta designación fue comisionado para viajar a Estados Unidos, para estar presente en un eclipse total que ocurrió el 1° de enero de 1890. Parte de la trayectoria de la sombra total cruzó al norte de California en los Estados Unidos, siguiendo su recorrido hasta terminar su área visual en un área cercana a Winnipeg en la provincia de Manitoba en Canadá. La primera escala de su viaje la tuvo en Sacramento, California, para enterarse donde estaban los sitios elegidos por las expediciones de diferentes universidades Norteamericanas, su tarea fue visitarlos para conocer el equipamiento y organización de todas las expediciones situadas en la franja de obscuridad total en California, pero solo tuvo cuatro días para intentar visitar el máximo posible de campamentos, ya que el eclipse estaba por suceder y al término de este, las expediciones recogerían todo lo empleado para regresar a sus lugares de origen.

El poblado de Willows, al norte de Sacramento, fue el primer sitio que visitó. En el viaje por ferrocarril tuvo la gran fortuna de coincidir con dos afamados profesores y astrónomos, los señores Pritchett y Engler de la Universidad de Washington en Saint Louis, Missouri.

A partir de ese momento se formaron grandes lazos con cada uno de los integrantes en las diferentes expediciones que visitó, remarcando una gran cordialidad y apertura por todos los astrónomos y científico que conoció. El viaje duró casi dos meses, de cada expedición recibió una invitación para visitar a sus planetarios al término del eclipse; tan pronto como terminó este evento el Ingeniero Valle comenzó su recorrido, iniciándolo en el Observatorio Lick de la Universidad de California, situado en la cima del Monte Hamilton y después continuar a los de Harvard College, en Cambridge, Massachusetts, el Naval en Washington, el de la Universidad de Washington, el de Rochester y el de la Universidad de Yale en New Haven.

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