Plutarco Elías Calles fue ciudadano durangueño
Hace como 10 años, cuando realizaba una investigación en el Congreso del Estado de Puebla (también ando de fisgón en otros estados), encontré que en 1942, a unos meses de haber concluido su gestión como gobernador, el H.H. Ciudadano General de División Maximino Ávila Camacho, fue declarado hijo predilecto del estado de Puebla y además, pusieron su nombre con letras de oro en el salón de sesiones de dicho Congreso, para lo cual efectuaron una ceremonia fastuosa digna de los dioses del Olimpo.
Pensé: "Esos diputados poblanos de antaño eran muy lambiscones, debería darles vergüenza y por si eso no fuera suficiente, dejaron constancia de sus payasadas en el Periódico Oficial poblano; deberían aprender de Durango, en donde sus hombres son hombres formales y son sus mujeres puro corazón". Pero por andar de criticón, tiempo después descubrí que nuestros diputados durangueños ancestrales también hacían las mismas zalamerías y para muestra un botón.
Pues sucede que, revisando las actas de sesiones del Poder Legislativo local, en la sesión del 16 de noviembre de 1925, once diputados presentaron iniciativa para convertir en ciudadano duranguense al H.H. General de División Plutarco Elías Calles, Presidente de la República y Jefe Máximo de la Revolución Mexicana de 1910. Los legisladores querían aprobar ipso-facto la iniciativa, y hasta dispensaron los trámites, pero el diputado Antonio Prendis entró en cordura y les dijo que deberían justificar los nexos del Jefe Máximo con Durango; algunos de sus compañeros le contestaron que no fuera aguafiestas y otros dijeron que las acciones de don Plutarco habían beneficiado a toda la patria y eso incluía a Durango.
Ante esas argumentaciones contundentes la iniciativa fue aprobada con el voto a favor de todos los legisladores presentes.
La decisión fue publicada como decreto No. 213 de la XXX Legislatura, en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Durango del 19 de noviembre de 1925, que dice textualmente: "El Congreso del Estado Libre y Soberano de Durango, a nombre del pueblo, decreta: Artículo único. Se declara ciudadano durangueño al General de División Plutarco Elías Calles".
Al siguiente día, es decir, el 20 de noviembre de 1925, el mismísimo homenajeado estuvo personalmente en la sesión solemne del Congreso de Durango, donde se le rindió pleitesía; el orador oficial fue el diputado José María Miranda, que entre otras cosas le dijo textualmente: "¡Bienvenido seáis! Vos, que como gobernante y hombre de Estado, habéis prodigado a este suelo vuestras atenciones y cariños [...]. Recibid pues la salutación más cariñosa, con la expresión de sus votos más fervientes por vuestra personal salud para bien de nuestra querida patria [...]; y sabed que al unísono y espontáneo sentimiento de gratitud y afecto ese mismo pueblo os ofrece un nuevo hogar y os brinda las más altas prerrogativas que pudiera brindar nuestro Estado al hijo predilecto de la patria, y así se enorgullece llamándoos suyo en el decreto, que os suplico escuchéis".
Después de la lectura del decreto, se entregó a Plutarco Elías Calles el documento que acreditaba su ciudadanía durangueña; contestó que agradecía la ofrenda y que con dicha distinción "contraigo un nuevo compromiso, no solo ante los hijos del Estado de Durango, sino ante el país entero: el hacerme digno de considerarme ciudadano del Estado de Durango".
Los diputados duranguenses que ejecutaron esa magna labor fueron: J. Donaciano Rubio, Domingo Urruticochea, Diego G. García, Federico Briones, Fortino H. Aragón, Agustín Anchonuo, Gilberto Fragoso, Vicente Galindo, Antonio D. Prendis, J. Isauro Rivas, Ramón García Jr., Elpidio Lares, José María Miranda y Jesús F. Tamayo.