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Sobre Blair Waldorf: estilo y poder

Sobre Blair Waldorf: estilo y poder

SAC NICTÉ CALDERÓN 29 sep 2023 - 08:52

'La moda es el arte más poderoso que existe', dice Blair Waldorf en uno de los capítulos de Gossip Girl. 'Es movimiento, diseño y arquitectura, todo en uno. Le muestra al mundo quiénes somos y quiénes queremos ser'. Una búsqueda rápida en Google es suficiente para encontrar toda clase de consejos para vestir como Blair, uno de los personajes principales de la ahora mítica Gossip Girl, y, para muchos, la verdadera protagonista. Recopilados en toda clase de sitios web, desde revistas como W (donde Blair fue practicante), blogs independientes y, por supuesto, el infinito que representa Pinterest, los consejos rara vez van más allá de la superficie, analizando el estilo de Blair en busca de patrones estilísticos, dejando de lado el poder que tenía cada estampado y cada accesorio que elegía.

En una paráfrasis muy libre de Foucault, el cuerpo es el lugar en el que la identidad se vuelve visible, es 'actuada' (sí, en modo performático) por su dueño. Aunque la moda o, para mayor precisión en esta columna, el estilo, se percibe a menudo como algo banal, en realidad es también una forma de comunicación visual.

El estilo y el poder han estado ligados desde siempre. El collar de Ana Bolena, el lenguaje secreto de los abanicos, los tacones de Luis XIV... El poder, en un punto tan alto que alcanza a la realeza o en las formas cotidianas de expresarlo, siempre ha encontrado una representación visual que le da soporte en forma de accesorios y prendas.

En 'Blair Waldorf aesthetic: her lasting legacy, her clothing strategies and political fashion', Javier Luna menciona que el estilo de Blair está alineado con sus ideas de poder, autoridad, y con las formas en que ella espera ayudar a los demás a alcanzar sus metas. Después de un breve repaso por las piezas que vuelven reconocible a su estilo (moños, medias y diademas), explica que desea ser vista como una figura de autoridad: 'cuando piensas en figuras de autoridad en nuestro día a día, como policías, instructores, políticos, o militares, a menudo están usando uniforme. El uniforme por sí solo no les otorga autoridad, pero ilustra visualmente su poder', escribe.

Lo interesante en Blair Waldorf es que, aunque compone su estilo personal de elementos que podrían considerarse 'uniforme' -los ya mencionados moños, medias y diademas- ella no sigue las reglas de lo que supone, estéticamente, una mujer poderosa, porque salvo algunas excepciones, en el mundo heteropatriarcal en el que vivimos preocuparte por la moda y/o tu apariencia es todavía sinónimo de superficialidad, no de seriedad.

En un reel para DModa, la periodista María José Pérez analiza el estilo de Blair y su relación con el poder de forma hermosa: 'en general es una chica preppy y clásica vistiendo, porque lo que busca recrear es esa imagen del poder clásico, de toda la vida, que estéticamente se acerca más a épocas pasadas que al momento en que en teoría se desarrolla su historia, que es de 2007 a 2012. Blair tenía que cargar con el peso de ser perfecta, de trabajar muchísimo cada uno de sus logros y de los detalles de su aspecto físico para gustar y ser amada [...] su obsesión era ser una mujer poderosa, y sin embargo, no se doblegó ante los cánones estéticos del poder, es decir, ante el traje de chaqueta, los colores sobrios, la elegancia simplista, y todo eso que nos viene heredado del traje burgués y de los yuppies. Esto ahora mismo resulta muy esperanzador porque aunque Blair accede a todos esos espacios de poder, vive en un entorno privilegiado y se convierte en una gran empresaria, no deja en la puerta todos esos elementos que constituyen su personalidad visual, sigue llevando muchísimas faldas, estampados de flores, colores alegres, lazos, combinaciones muy potentes, en fin, todas esas coordenadas que en algún momento a las mujeres nos dijeron que no estaban bien para parecer serias y poderosas, pero Blair ejemplifica, al menos en la ficción, que sí'.

La académica de moda Vanessa Rosales aboga siempre por el derecho que tenemos a ser complejas y navegar en nuestras dualidades: 'La vestimenta puede ser mera superficie, pero también puede ser revolución', dice. Aún si fue pensada como un personaje que representaría a la reina del Upper East Side en Nueva York, aún si habita un entorno privilegiado, aún si en perspectiva el impacto parece mínimo, hay muchas mujeres jóvenes que se ven reflejadas en ella -o aspiran a ser ella- y entre capítulo y capítulo, o buscando inspiración en Pinterest, comprenden que las decisiones estilísticas de Blair también enseñan que, como todo lo que vale la pena, la moda también puede ser desobediencia.

Tw: @SNGCALDERON

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