Cinco elefantes se columpiaban...
"...Sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a llamar otro elefante". Esta canción infantil se la cantan a los niños para que aprendan a contar. Pero nos queda "como anillo al dedo", con "al menos" cinco elefantes que no vemos en nuestro cuarto, a saber: CFE, Pemex, Tren Maya, Litio y AIFA. ¿Ustedes creen que aguantará la telaraña? Además, con el riesgo que se sumó en noviembre, en una esquina, un curioso elefante, pero de color naranja, con unas tijeras, para contribuir al colapso de esa ya frágil red.
El problema es que, como dice la canción, ya viene en camino otro elefante, este sí con un sobrepeso significativo, y que fue llamado por los otros cinco a subir para probar la resistencia; este paquidermo está pintado de tres colores; blanco, verde y rojo y, trae un anuncio en la panza que dice T-MEC.
Ahí disculpen, pero tengo que insistir en el tema, pues me quita el sueño, y más cuando veo declaraciones de nuestra parte, sugiriendo arreglar este asunto tan delicado con amenazas retaliatorias y ojitos a China.
Desde mi humilde trinchera veo y me pregunto ¿qué haríamos en caso de que se cierre la frontera a nuestros productos o se les impongan tarifas impagables? Un muy conocedor diputado dijo: ¡Mándelos a China! Seguramente el presunto obtuvo sus datos de las páginas de la revista "Memín Pinguín", y no del Inegi, para declarar semejante barbaridad.
El 80% de nuestras exportaciones, que son el motor de nuestra economía, hoy van a los EUA y de estos el 30% a la industria automotriz. Al resto del mundo solo le mandamos el 4.78% de nuestras exportaciones de autos y autopartes. ¿Cómo se pretendería (me digo a mí mismo), cambiar este volumen de la noche a la mañana para sustituir lo que mandamos al vecino rijoso? Quizá se esté pensando en ¿un "Buen-Fin" de exportaciones?, o ¿un "Black Friday o Cyber Monday? Pues tendrían que estar muy buenos los descuentos. Pienso que estamos destinados a venderle a los EUA con o sin Trump (que no es nada malo; al contrario).
También medito sobre el papel que jugarían unos ratones blancos que podemos usar y ponerlos en el cuarto en mención, ya que a ellos sí les temen los elefantes. Ratoncitos (o ya casi canguros) de remesas, que sumaron ya el martes pasado, de enero a octubre, 54 mil millones de dólares (1 billón de pesos mexicanos), un 3.7% del valor de nuestra riqueza generada anual y un 12.5% del presupuesto anual aprobado esta semana de cerca de 8 billones de pesos (lo dijo Inegi).
Y ¿qué tal la ayuda que nos prestaría la IP (otro ratoncito invisible), revirtiendo la tendencia de inversión durante 2025?, y con eso apoyamos un poco el pago de nuestra deuda, que ya supera el 50% del PIB nacional.
Con tanto elefante inadvertido, deberíamos pedirle a Santa un curso de cirquero domador de estos animalotes, pues esa telaraña no tarda en romperse y, si caen, se nos vienen encima como turba de ciudadanos en protesta.
De todos modos, compren un casco, en caso de que las tijeras de Trump acaben con la red con anticipación, a pesar de su resistencia. Ánimo. Ya se siente la época de fiestas. Denle un abrazo a un amigo que les caía mal, durante esta semana; así liberamos espacio en nuestro cerebro para mejores y más felices cosas.