Juzgados. El tema de la violencia vicaria es una tarea pendiente para el Congreso del Estado.
Las actividades en este mes de marzo, en torno al Día Internacional de la Mujer, culminaron en Durango, así como en otras entidades, con la marcha y movilización representativa del 8M, donde niñas y mujeres de todas las edades se visten con los colores representativos, para repudiar cualquier tipo de violencia en contra de las mujeres.

Primero partió una marcha o contingente mixto, que integraban madres Defensoras de Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes, donde se permitió que participaran hombres, aunque pocos atendieron la convocatoria.
Este primer contingente alzó la voz por aquellas madres y padres que sufren violencia vicaria; reconocieron que tanto hombres como mujeres pueden ejercer violencia. Llegaron hasta el Tribunal Superior de Justicia, donde están los juzgados familiares.

Antes de que partiera este primer contingente, ya habían llegado las primeras mujeres y colectivos de la marcha separatista, armadas con sus lonas, cartulinas, letreros, mensajes, pañuelos y accesorios violeta, para manifestarse y estar en un espacio seguro, donde no se permitió la participación de ningún hombre, ni siquiera como prensa.

Esta marcha más numerosa era la que provocaba mayor incertidumbre, por los antecedentes; aquí participaron adultas mayores y niñas, pero la mayoría eran jóvenes, todas protagonistas. Dejaron claro que calladas nunca más se van a quedar, porque ahora "son manada".
El contingente se desarrolló tranquilo; los hombres respetaron el espacio. Comerciantes y sociedad en general se solidarizaron. Por un momento hubo paz, porque todas y todos conocen a alguien que en algún momento ha sufrido violencia, ya sea en el hogar o en espacios públicos.

La mayoría de comercios cerraron y los que permanecieron abiertos mostraron empatía con la movilización. Mujeres policías estuvieron a cargo de la seguridad de todas.

Finalmente, hijas, hermanas, tías, sobrinas, primas, madres, amigas, abuelas, levantaron el puño, se unieron en sororidad, por todas las que sufren o sufrieron violencia pero nada pudieron hacer.
También hubo iconoclasia, algo que caracteriza a las marchas feministas, aunque en menor grado, porque este año se permitió que lo hicieran con libertad, así que los inmuebles como Catedral tienen nuevos mensajes con pintura y aerosoles.
La marcha terminó en la Plaza de Armas, pero la lucha continúa, hasta erradicar el acoso, la violencia, los abusos, en los distintos ámbitos y sobre todo hasta eliminar la Alerta de Violencia de Genero, para los 16 municipios del estado.
