Señor de Ixcatepec.
Con base en un relato llevado a cabo en el año de 1732 y bajo una epidemia terrible que subyugaba a los pobladores de Ixcatepec (cerro de algodón) en Tepoztlán, Morelos, se construye uno de los acontecimientos religiosos más importantes de la región rindiendo culto a la imagen de un crucifijo que acumula oraciones para todo remedio de alma o salud.
Hay una atmósfera que presiona el ánimo hacia el recogimiento y sutileza que se respira en el Santuario al Señor de Ixcatepec , en esta localidad que habla por sí misma cuando se le observa con atención de párvulo incipiente y curioso al descubrir una veneración única que obedece a la memoria del lugar. De acuerdo a un retablo inscrito se dice de un siniestro infeccioso que diezmó a la población décadas posteriores al arribo de los ibéricos españoles causando un dolor enorme entre su gente que no entendía la razón de su circunstancia. Una vez que la localidad se quedó sin habitantes una casa con sitio en el barrio de Santa Cruz llamada "la tempa" en la que se encontraban imágenes de Cristo una noche fueron extraídas unas piedras de esquina que formaban el oratorio donde estas se hallaban, al día siguiente del saqueo se supo que el autor del robo estaba gravemente enfermo a riesgo de perder su vida; a consecuencia del olvido de dicha casa una noche entró un buey y acabó con todo lo que allí había con excepción de una de ellas que pendía de una lámpara cerca del altar cuya imagen permanecía sin lesión alguna.
La peste cundía entre los vecinos de una manera espantosa al grado de que no existía ni un corazón tranquilo o sosegado, todos temían ser víctimas de tan terrible epidemia, uno de los enfermos falleció y a los pocos minutos resucitó y este anunció que el origen de la peste eran los desacatos e irreverencias cometidas a nuestro Señor y que la justicia de Dios habría de cesar hasta que la imagen del Cristo de renovara y reedificara el oratorio dañado, atónitos y confusos ante tal revelación hicieron penitencia, se arrepintieron de sus culpas, llevaron en procesión al "Santísimo Sacramento" con letanías mayores, se dictaron las providencias conducentes al remozamiento de la citada imagen e hicieron todas las demostraciones de humildad y enmienda del lugar ,una vez renovada se bendijo y fue padrino el párroco del momento, en común acuerdo de los lugareños se dispuso la ubicación de la capilla en la villa y cuando se puso la primera piedra la peste cesó por completo.
La construcción fue culminada años después en el año de 1737. De acuerdo a crónicas la imagen fue renovada en el año de 1889 propiciando una tradición donde se incluyen los Cereros (maestros artesanos de velas desde hace 500 años) que adornan el templo y recorren las calles de Milpa Alta y Tepoztlán cargando sus obras ornamentales con carrizos y acompasados de Fe y comparsas de viento.