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OPINIÓN

La ley de Herodes

Contraluz.

La ley de Herodes

FERNANDO RAMÍREZ GUZMÁN 2 nov 2024 - 04:03

Se concretó. De manera inusitadamente veloz se convirtió en ley. Sin importar la desprolijidad, el desaseo. Sin hacer un análisis profundo de sus alcances. Conocida como la de "supremacía" constitucional, esta ley establece que no proceden amparos, controversias ni ningún otro recurso jurídico en contra de modificaciones a la Constitución. En términos llanos también establece que el Legislativo podrá aprobar cualquier iniciativa (u ocurrencia, faltaba más) por disparatada que esta sea, sin que nada ni nadie los controle o los frene.

Este mamotreto jurídico le permitirá a Morena eliminar a los contrapesos que le estorban, en este caso el Poder Judicial; hacer de la Suprema Corte de Justicia un enorme florero y, sobre todo, le dará la posibilidad de añadir a nuestra Carta Magna cualquier cosa que se les ocurra, como quitar las participaciones a los municipios, coartar la libertad de expresión o promover la reelección presidencial, por poner algunos ejemplos. Es decir, cualquier absurdo que el Ejecutivo o la mayoría morenista pretendan incorporar a la Constitución será inatacable. Así de grave es esto, porque ni siquiera la oposición (o lo que quede de ella) podrá recurrir a organismos internacionales para buscar justicia.

En cualquier régimen que se precie de ser democrático la división de poderes y la independencia judicial son principios inamovibles. La democracia no es solo la elección mayoritaria a través del voto libre y secreto. Si los nuevos requisitos para poder ser ministro de la Corte provocaron la hilaridad y la mofa de la comunidad universitaria de Harvard, qué pensarán ahora de esto. Cómo hará la presidenta para convencer a inversionistas de que apuesten por México.

Pensará Morena que gobernarán a perpetuidad el país, porque de lo contrario uno pensaría que se autocontendrían con los alcances de su nueva ley. ¿No piensan en lo que se vendría si la extrema derecha llegara a gobernar? Al parecer, no. Será que las despiadadas "corcholatas" (Monreal, Adán Augusto y Fernández Noroña) le han obsequiado una manzana envenenada a Claudia Sheinbaum, para que a su lado palidezca Luis XIV de Francia, por aquello de "El Estado soy yo".

El momento me recuerda a la cinta de Luis Estrada, "La ley de Herodes" (1999), en donde el personaje interpretado por Damián Alcázar, Juan Vargas, alcalde interino de San Pedro de los Saguaros, acude con el secretario de Gobierno, Fidel López, para que le otorgue un mayor presupuesto para su municipio. López, genialmente interpretado por Pedro Armendariz Jr., le entrega una Constitución y una pistola y le dice a Vargas: "¡Es para que tengas presupuesto! Si lo sabes usar, ya verás cómo a todo mundo le puedes sacar algo, entre multas, impuestos, licencias. Si usas la ley a tu conveniencia ya está todo listo. Recuerda: en este país, el que no tranza, no avanza." " (...)Todo lo que está aquí en este librito, que diga poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, eso eres tú. Ahí tienes. ¡Y ahora sí!, con el librito y la pistola, a ejercer la autoridad."

Así las cosas. En los hechos se acaba de promulgar la ley de Herodes: o te chingas o te jodes.

Ladoscuro73@yahoo.com.mx

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