Los tiempos de Melo García en Durango 

Habían pasado ya bastantes años desde la última vez que un General de Brigada de la Décima Zona Militar, en Durango, convocaba a la prensa local a un desayuno de convivencia en el Cuartel del poblado 5 de Mayo, como sucedió la semana pasada. 

Precisamente se les comentó a los colaboradores cercanos al general Isaac Bravo López, que ya se extrañaba a un militar con esa apertura, que no le tuviera ‘pánico escénico’ a las cámaras y que fuera más accesible a informar y transparentar el trabajo que realiza el Ejército en Durango. 

Habían pasado por la Décima Zona Militar varios mandos que evitaban a la prensa a toda costa, siempre con el pretexto de que no tenían permitido hablar cuando realmente lo que sucedía era que no había mucho trabajo de qué informar.

Claro que la prensa local extraña el estilo que mostró en su momento Moisés Melo García, quien estuvo al frente de la Décima Zona Militar entre 2007 y 2010, justo cuando en la entidad se vivían los peores momentos de inseguridad que se recuerden en la historia moderna.

A Melo García le gustaba el protagonismo. Disfrutaba tener cámaras y micrófonos en sus recorridos, lo que permitió a la prensa acudir a los puntos más inaccesibles de la Sierra Madre para documentar el desmantelamiento de laboratorios clandestinos o encabezar importantes operativos en la ciudad, como en Jardines de Durango, donde hasta reporteros quedaron en medio de enfrentamientos armados. 

Entre el bien y el mal

Años después, altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzaron a recibir señalamientos de corrupción y favoritismos por ayudar a algunos cárteles de la droga en diversas zonas del país. 

Incluso en el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en 2020, en Nueva York, también se revelaron presuntas complicidades entre autoridades y criminales. Y precisamente uno de los más mencionados fue el mismísimo Moisés Melo García, a quien se le nombró en varias ocasiones en dicho proceso.

La DEA afirmó en aquel entonces tener sospechas de que “El Chapo” Guzmán tenía una relación estrecha con Melo García, con quien colaboró en su paso al frente de las zonas militares de Durango y Sinaloa, según se pudo leer en documentos oficiales en el juicio en Nueva York.

Independientemente de dichas investigaciones que, hasta el momento, no han despejado esas dudas, lo cierto es que la apertura que mostró Melo García en su momento sirvió a la prensa local -y por supuesto al ciudadano duranguense- para estar enterados de primera mano de lo que ocurría en Durango, muy diferente a lo vivido en los últimos años, donde la Sedena centraliza la información en la Ciudad de México y difícilmente se comunica.

Mayor apertura

Ojalá en esta nueva etapa bajo el mando del general Isaac Bravo López en Durango se logre rescatar esa apertura que permitía a la ciudadanía saber en tiempo real el trabajo puntual de las fuerzas castrenses, pues cuando se esconde esa información, abunda el “sospechosismo” y favorece a la desinformación. 

Se entiende la secrecía de operativos puntuales para no dar a conocer datos a criminales, pero la mayoría de las ocasiones las autoridades federales ponen de pretexto que son “motivos de seguridad”, sabiendo que eso les ayuda a evitar críticas y medir resultados.

El general Bravo López aseguró en dicho desayuno que habrá más mesas de trabajo con los medios de comunicación para poder difundir campañas y actividades en las que también está involucrado el Ejército y Guardia Nacional que poco se conocen debido a esa ausencia de comunicación.

Una de las primeras acciones en las que valdría la pena abundar es saber qué ocurrió precisamente la tarde del martes pasado, en el campo militar 5 de Mayo, donde a bordo de una lujosa camioneta, un sujeto se entregó junto con un poderoso arsenal.

La Fiscalía General de la República emitió un escueto comunicado asegurando que Jorge "G" llegó a bordo de una camioneta en color negro a “entregarse”, por lo que quedó detenido y bajo investigación por la comisión del delito de portación de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas, posesión de cargadores y cartuchos. 

Ojalá las buenas intenciones del general Bravo López no se queden solo en eso y podamos empezar a retomar esa apertura que desde hace muchos años no existe en la Décima Zona Militar.