¿Qué casos de terrorismo aéreo han sucedido en México?

El domingo 8 de diciembre se presentó una situación inusual de seguridad aérea en México, que alertó a las corporaciones cuando un tripulante, de un avión de Volaris, que cubría la ruta del Bajío a Tijuana, intentó apoderarse de una aeronave en pleno vuelo.

Afortunadamente, el piloto emitió el código de alerta con el cual se activaron los protocolos de emergencia, siendo el pasajero capturado y al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, Jalisco, fue entregado al personal de la Guardia Nacional (GN) que ya lo esperaba, sin que hubiera alguna persona lesionada.

Por su parte, la aerolínea señaló que se ha constituido como parte acusadora y que se asegurará de que el pasajero que intentó desviar la aeronave “enfrente todo el peso de la Ley hasta sus últimas consecuencias”.

Si bien, aún no se tienen muy claro los motivos que llevaron a esta persona a intentar secuestrar una aeronave comercial, hay que esperar a que se realicen las investigaciones correspondientes con el fin de aclarar lo sucedido.

Este suceso, que hay que señalarlo, es sumamente raro en la historia de la aviación en México, donde los casos de terrorismo aéreo han sido escasos, sin embargo, si han ocurrido algunos incidentes.

¿Cuáles han sido los casos más sobresalientes de terrorismo aéreo en México?

A continuación, se expondrán los casos más relevantes relacionados con seguridad aérea:

1. El secuestro del vuelo 705 de Aeroméxico (1972)

• Fecha: 8 de noviembre de 1972
• Detalles: El vuelo 705 de Aeroméxico, que cubría la ruta Ciudad de México-Hermosillo-Tijuana-Los Ángeles, fue secuestrado por un grupo de jóvenes armados que buscaban desviar el avión hacia Cuba. El secuestro terminó sin víctimas, ya que la aeronave aterrizó en La Habana y los pasajeros fueron liberados posteriormente.

2. El caso del vuelo 576 de Aeroméxico (2009)

• Fecha: 9 de septiembre de 2009
• Detalles: Un ciudadano boliviano, José Mar Flores Pereira, secuestró el vuelo 576 de Aeroméxico que cubría la ruta Cancún-Ciudad de México. Alegó actuar por "razones religiosas" y afirmó llevar explosivos, aunque más tarde se descubrió que no estaba armado. Tras aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las fuerzas de seguridad lograron liberar a todos los pasajeros y tripulación sin heridos. El secuestrador fue arrestado.

3. Amenazas falsas de bombas

• En varias ocasiones, se han reportado amenazas de bomba en aeropuertos y vuelos mexicanos. Aunque en la mayoría de los casos estas resultan ser falsas alarmas, generan un impacto significativo en la operación aérea y la percepción de seguridad.

¿Cuál es la pena en México para una persona que atenta a la seguridad en un vuelo comercial?

México, como el resto del mundo, cuenta con un marco legal estricto contemplados en el Código Penal Federal y en la Ley de Aviación Civil, para sancionar cualquier acto que atente contra la seguridad de un vuelo comercial, reflejando la prioridad de proteger a los pasajeros y garantizar la seguridad aérea.

En el caso expreso del secuestro, o toma del control de una aeronave, se considera un delito grave bajo el Código Penal Federal, el cual puede tener fuertes penas.

Si se realiza el secuestro de un avión sin violencia extrema ni víctimas, la pena oscila entre los 15 y 40 años de prisión, y si se emplean armas o la amenaza de muerte, la condena puede llegar de los 20 hasta los 50 años de prisión.

Eso por el lado del Código Penal Federal, pero además de la pena a la que pueda verse sometido, la Ley de Aviación Civil establece sanciones administrativas para las infracciones relacionadas con la seguridad aérea, que pueden incluir altas multas económicas.

 Todo esto sujeto a las posibles agravantes si se emplearon armas o explosivos, si hay lesionados o fallecimientos, o incluso, la intención de causar daño masivo.

Afortunadamente, este tipo de actos, no son frecuentes en México, sin embargo, estos incidentes reflejan la importancia de mantener estrictas medidas de seguridad en el sector de la aviación para prevenir cualquier amenaza.