Sobre la inteligencia para nuestra seguridad nacional
La inteligencia estratégica en nuestra seguridad nacional implica el acopio, análisis y difusión de información para obtener elementos de juicio lo más cercanos a la verdad y el tomador de decisiones actúe oportuna y firmemente contra los riesgos y amenazas existentes y futuros, que permitan mantener o alcanzar "la condición de paz y tranquilidad" en la totalidad del territorio.
Interviene la "Geografía" compartimentada en áreas regionales y tácticas para observación y seguimiento de posibles intervenciones, y la "Temática" donde participan todas las instancias políticas, sociales y económicas en la búsqueda de la probable generación de riesgos o amenazas.
"Construye un proceso multidisciplinario con elementos de diversas áreas para obtener conocimientos estratégicos y operativos".
Involucra recopilar y analizar datos de diversas fuentes, de comunicaciones interceptadas, informantes, imágenes satelitales y reportes de campo; aplica técnicas y métodos para evaluar la credibilidad y relevancia de la información; promueve la coordinación interinstitucional compartiendo datos y coordinando acciones; utiliza herramientas tecnológicas para el proceso de grandes volúmenes de información, protegiendo la sensible; respeta la privacidad y derechos individuales.
"Su tarea se basa en principios metodológicos legítimos y legales en la atención de todos los factores que afectan al ciudadano protegiendo los intereses del gobierno y la sociedad".
Sus esquemas de coordinación y corresponsabilidad interinstitucional se sustentan en visiones y conceptos positivos y provechosos, aplicando con cuidado y firmeza las acciones de inteligencia, orientándolas a conocer con profundidad aspectos relacionados con los riesgos y amenazas a la seguridad nacional, "conteniendo su probabilidad de ocurrencia y nulificando cualquier impacto que se manifieste".
La inteligencia estratégica es determinante para el tomador de decisiones en su búsqueda por cumplir los Objetivos Constitucionales de proteger a México y alcanzar el bienestar de los mexicanos; su manejo adecuado es fundamental para enfrentar los desafíos actuales y futuros por lo que "debe mantenerse siempre junto al máximo nivel de gobierno".
Los antagonismos actuales a nuestra seguridad nacional son verdaderos desafíos: la elaboración, fabricación y tráfico de drogas, su concurrente violencia, dominio territorial, gobierno paralelo, estructuras armadas y organizadas que lo acompañan son el principal flagelo para el ciudadano y gobierno constituido en todo el territorio nacional.
Periodistas y activistas enfrentan amenazas, ataques por parte de grupos criminales y actores políticos. La persistente desigualdad económica, la pobreza y la falta de oportunidades siguen siendo una necesidad que es imposible curar con el discurso y paliativos.
Se abandonó la preparación y respuesta de los desastres naturales como terremotos, huracanes e inundaciones que tanto dañan a la población y sus bienes. La violencia de género no se atiende de manera integral y es un tema preocupante en México y a nivel internacional.
La cooperación y colaboración transversal entre el ámbito federal y el vertical con estados, municipios, instituciones de seguridad y procuración de justicia está desdibujada. La intolerancia social a la violencia crece y la alardeada reducción de los niveles de delincuencia no se manifiesta en el entorno ciudadano.
La violencia tiene raíces más profundas que la situación socioeconómica y no se soluciona con paliativos. Desdeñar la cultura de legalidad, el respeto a la ley, sumados a la creciente corrupción e impunidad son un despropósito colosal.
Inaceptable eludir el enfrentamiento con los delincuentes, cediéndoles territorio nacional donde agreden mexicanos y argumentar que se debe respetar sus derechos humanos entregándoles los de los ciudadanos-pueblo.
Concretarse a señalar la responsabilidad de administraciones anteriores en los problemas actuales, presumiendo madrugadoras reuniones diarias donde se discuten temas de seguridad nacional, sin evidenciar soluciones creativas, ni encontrar nuevas posibilidades para aplicar una estrategia efectiva, no logran contener la debacle.
La inteligencia coordinada y colaborativa entre las instancias gubernamentales de todos los estratos son fundamentales para identificar y mitigar estas amenazas, anticipándose con una estrategia integral que inicie desde la búsqueda del conocimiento previo sobre lo posible, involucrando a la sociedad civil y la cooperación internacional en estas acciones preventivas.
El abordaje y contención de "nuestra violencia, corrupción e impunidad" requiere una combinación de medidas preventivas, culturales, legales y de seguridad; es un desafío que necesita la participación activa de la sociedad y una estrategia de gobierno eficiente y eficaz para lograr mejoras significativas.
La dramática situación que guarda nuestra actual seguridad nacional solo refleja el tremendo deterioro de una inteligencia estratégica profesional y comprometida, o la presencia de un autoritarismo imprudente que desdeña tercamente los productos de inteligencia como elementos de juicio para enfrentar las causas y causantes de esta tragedia.
* El autor de esta colaboración es General de División Diplomado de Estado Mayor y Maestro en Seguridad y Defensa Nacionales.