Advierte UGRD que podría haber más mataderos clandestinos en Durango
De toda la carne que se comercializa en Durango, solo el 40 por ciento proviene del rastro Tipo Inspección Federal (TIF), el único acreditado en el municipio y ubicado en Ciudad Pecuaria. El resto de la carne podría tener su origen en mataderos clandestinos, existe esa posibilidad, advirtió la Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD).
Ante el reciente descubrimiento de un matadero clandestino dentro de la mancha urbana, el presidente de la UGRD, Rogelio Soto Ochoa, alertó sobre la posibilidad de que exista un número mayor de este tipo de lugares operando de forma irregular.
Soto Ochoa consideró que la responsabilidad de detectar y sancionar estos sitios recae en la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised), a quien llamó a aplicar sanciones ejemplares para quienes incurran en esta práctica.
El líder ganadero también cuestionó que, mientras el rastro TIF cumple con todos los protocolos sanitarios, enfrenta constantes revisiones e incluso sanciones por detalles mínimos, que hasta parece acoso tanto por parte de la Coprised como del personal de Senasica.
Mientras el rastro TIF es supervisado todos los días, los clandestinos operan sin control, por lo que se genera una contradicción que a quienes sí cumplen se les hostigue.
En relación con el matadero descubierto la semana pasada, Soto Ochoa expresó su sorpresa por la falta de denuncias vecinales: “No es posible que los vecinos no se dieran cuenta de lo que ocurría. La posibilidad de que existan más mataderos clandestinos siempre está latente”.
Fraude con carne de caballo
Respecto a la comercialización de carne de caballo en la capital, Soto Ochoa recordó que hace cuatro años se denunció ante las autoridades la entrada de toneladas de carne empaquetada provenientes de Fresnillo. Aclaró que el problema no es el consumo en sí, sino el engaño al venderla como si fuera carne de res.
“El delito no es vender carne de caballo; el delito es que te la vendan como carne de res y a ese precio”, enfatizó.
Agregó que algunos comercializadores recurren a prácticas fraudulentas para hacer que la carne de caballo, que es más roja y fibrosa, parezca carne de res: “Son muy listos para disfrazarla. Le quitan el color y aplican trucos para hacerla pasar por res”.
También expresó que el cierre de frontera para exportar carne a Estados Unidos no justifica estas prácticas. Además, criticó que años atrás el Gobierno federal permitió la importación de carne desde Centroamérica con la idea de ofrecer un producto más barato para los mexicanos, pero ese objetivo nunca se cumplió.
Comentó que esa carne ni bajó los precios ni mejoró la oferta, pero sí afectó a los productores nacionales y abrió la puerta a otras irregularidades.