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Año Nuevo 2026

Año Nuevo 2026: ¿por qué casi nunca se cumplen los propósitos?

La motivación dura semanas, pero la rutina pesa meses. Te contamos por qué abandonamos los propósitos.

Año Nuevo 2026: ¿por qué casi nunca se cumplen los propósitos?

JORGE LUIS CANDELAS 27 dic 2025 - 15:00

Con la llegada de un nuevo año, millones de personas hacen la misma promesa: ahora sí voy a cambiar. Bajar de peso, ahorrar dinero, hacer ejercicio, dejar un mal hábito o mejorar en el trabajo encabezan la lista de los llamados propósitos de Año Nuevo. Sin embargo, la realidad suele ser otra: para febrero, la mayoría ya quedó en el olvido.

El entusiasmo dura poco

El inicio del año genera una sensación colectiva de renovación. El problema es que muchos propósitos nacen más del impulso emocional que de una planeación real. Se fijan metas muy ambiciosas, generales o poco claras, lo que provoca frustración casi inmediata cuando no se ven resultados rápidos.

“Voy a hacer ejercicio todos los días” o “ahora sí voy a ahorrar” son ejemplos comunes de metas que no especifican cómo, cuándo ni con qué recursos se cumplirán.

Metas poco realistas

Uno de los principales errores es querer cambiar todo de golpe. Después de semanas de excesos, desvelos y gastos decembrinos, el cuerpo y la mente no siempre están listos para una transformación radical. Intentar pasar de cero actividad física a rutinas intensas, o de gastar sin control a un ahorro estricto, suele terminar en abandono.

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Falta de constancia y seguimiento

Otro factor clave es que muchos propósitos no cuentan con un sistema de seguimiento. Sin recordatorios, avances medibles o ajustes en el camino, la motivación inicial se va diluyendo. A esto se suma que enero trae consigo la llamada “cuesta”, con cansancio, estrés financiero y regreso a la rutina laboral y escolar.

La presión social también pesa

Las redes sociales juegan un papel importante. Ver a otros “cumpliendo” sus metas puede generar comparación y desánimo. En lugar de motivar, esa presión termina haciendo sentir que el esfuerzo propio no es suficiente.

¿Cómo aumentar las probabilidades de cumplirlos?

Especialistas coinciden en que los propósitos funcionan mejor cuando se convierten en objetivos pequeños y alcanzables. Cambiar el “todo o nada” por avances graduales puede marcar la diferencia. También ayuda fijar plazos realistas, medir avances y entender que fallar un día no significa fracasar por completo.

Más que propósitos, hábitos

Cada vez más personas optan por dejar de lado la lista tradicional de propósitos y enfocarse en construir hábitos sostenibles. Dormir mejor, moverse más, organizar gastos o dedicar tiempo a la salud mental no requieren un cambio radical de un día para otro, sino constancia.

Al final, el verdadero reto del Año Nuevo no está en escribir una lista perfecta, sino en aprender a avanzar sin castigarse. Porque cumplir un propósito no siempre significa lograrlo todo, sino no dejar de intentarlo.

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