Árbitro golpeado en cancha de la José Revueltas no ha recibido respuesta de agresor ni equipo
Lo que debió ser una jornada más en el futbol de Durango terminó convertido en una pesadilla para el silbante Omar Hernández, quien fue brutalmente agredido en pleno cumplimiento de su labor arbitral. Hoy, el caso ha escalado al terreno legal y ha encendido la indignación entre quienes defienden la dignidad del deporte amateur.
El árbitro afectado ya ha interpuesto la demanda correspondiente, con el proceso en marcha ante las autoridades competentes. Sin embargo, lo que más ha dolido no es solo la agresión física, sino el absoluto silencio del agresor, quien no ha tenido siquiera la iniciativa de disculparse, mucho menos de acercarse a tratar de reparar el daño causado.
“Ya está la demanda, sigue su curso. Pero ni una llamada, ni una disculpa. Nada. Y lo más indignante es que su equipo lo dejó solo. Nadie intervino, nadie dio la cara, simplemente se fueron. Lo abandonaron”, compartió el Presidente del colegio de árbitros AAUDI.
La agresión ocurrió en la cancha de la José Revueltas, correspondiente a la Liga Municipal, misma que ha mostrado su respaldo al árbitro agredido. En un gesto de solidaridad, cubrirán los gastos médicos inmediatos, incluyendo las recetas y valoraciones especializadas, mientras se resuelve el caso en instancias judiciales. Además, otras ligas ya han comenzado a solidarizarse con la víctima y preparan sanciones como el veto del agresor de otras competencias deportivas.
Actualmente, el árbitro enfrenta consecuencias médicas preocupantes. Fue atendido por un oftalmólogo en el Hospital General 450, donde se le indicó que, debido a la hinchazón, todavía no se puede realizar una evaluación precisa del daño ocular. “El ojo está muy inflamado, pero a simple vista no parece que sea algo irreversible, aunque debemos esperar a que baje la hinchazón para una valoración real”, señaló el dirigente arbitral.
A pesar del dolor físico y emocional, el árbitro ha mostrado entereza. Se ha mantenido sereno y determinado en su exigencia de justicia. Sin embargo, permanece bajo observación debido a los golpes recibidos en la cabeza, una situación que pone en tela de juicio la seguridad que ofrecen las ligas a quienes imparten justicia deportiva en el campo.
Finalmente, la voz de la comunidad arbitral es clara: no se puede tolerar más violencia en el futbol. “Sabemos que hay personas atravesando momentos difíciles, pero nada justifica una agresión. Menos aún en un entorno que debería ser de respeto y competencia sana”, sentenció la fuente.
El caso seguirá su curso en tribunales y el gremio arbitral se mantiene atento.