Los artistas viajan en un camión cargado con sus coloridas alcancías, transportadas cuidadosamente para evitar que se dañen.
En distintos puntos de Managua, la capital de Nicaragua, figuras cubiertas de terciopelo atraen las miradas de los transeúntes. Se trata de alcancías que también funcionan como esculturas decorativas, que son elaboradas por un grupo de artesanos originarios de Puebla, quienes viajan por Centroamérica compartiendo su arte.
Estas piezas están hechas de cemento blanco, yeso y recubiertas con terciopelo tipo gamuza, lo que les da una textura suave y un brillo que resalta bajo el sol.
Además, las esculturas cuentan con un sellador especial en su interior que protege el dinero depositado de la humedad, lo que las convierte en alcancías funcionales y duraderas.
Entre las figuras que exhiben sobresalen los gallos, guacamayas, tigres, perros, imágenes religiosas como San Judas Tadeo y la virgen de Guadalupe.
También hay figuras de caricaturas, igualmente está una escultura de Chucky, el famoso muñeco de terror que despierta la curiosidad y a veces el temor de quienes se acercan a preguntar. Este grupo de mexicanos lleva una semana en Nicaragua y permanecerá solo por unos días más, hasta agotar la mayor parte de su mercadería.
Los compradores no solo se sienten atraídos por su apariencia, sino también por la historia detrás de cada pieza.
Actualmente, los artesanos mexicanos se ubican en varios puntos de venta distribuidos en la capital nicaragüense, donde su arte destaca entre el bullicio y la rutina diaria.
Para muchos, estas figuras son una forma de darle vida y color a sus espacios, mientras que para los artesanos representan el esfuerzo y dedicación de años de tradición familiar.