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Clásico instantáneo del cine

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Clásico instantáneo del cine

FERNANDO RAMÍREZ GUZMÁN 14 dic 2025 - 08:10

La nueva adaptación al cine del clásico de la literatura gótica, Frankeinstein, del director mexicano Guillermo del Toro, reúne todos los ingredientes interpretativos, artísticos, técnicos y narrativos como para asegurarse su trascendencia tras el paso del tiempo. Es una muestra de cine de autor con potencial comercial para el disfrute de las grandes audiencias.

Algunas de las críticas negativas que ha recibido esta peli pasan porque dicen, asistidos por la razón, que esta versión no es fiel a la novela original de Mary Shelley. Sin embargo, son estas licencias las que distinguen a los grandes directores del resto. El que sepan dotar de su impronta, imprimir su particular sello. Para su personal adaptación, Del Toro incluye un preludio, además de narrar con apoyo de imágenes la versión del creador y la versión de la criatura. Termina en el mismo lugar donde empieza (geográficamente hablando), por lo que es una narración circular, por lo que emplea la figura del círculo en varios planos de la cinta (la ventana del laboratorio, la ventana del camarote, los gorros de la protagonista le dan esa forma a su rostro, por citar algunos).

El mexicano, para la parte visual, recarga el peso de sus historias en 4 pilares para él fundamentales: el diseño de producción, el vestuario, la confección de sus monstruos y la fotografía. La puesta en pantalla de esos elementos se ve y se siente que funcionan de manera orgánica, todos alineados en la visión que pretende dar el director. Además, el esmero y el detalle de trabajar artesanalmente en la creación de los sets, vestuarios y maquillaje de la creatura, en lugar de elegir efectos especiales o CGI, representa también el plantar bandera en contra de las creaciones con inteligencia artificial. La paleta de colores elegida, por su parte, también tiene la intención de apoyar la narrativa (azules para escenas en el barco, rojos para Víctor y su madre, verdes para Elizabeth, púrpura en el momento que Elizabeth conoce a la criatura).

Desde niño el realizador tapatío fue un devorador de libros. Literatura gótica, en particular, de los clásicos y ha contado que de enciclopedias de arte que tenía al alcance de su mano en casa, una en particular escrita en inglés, viene su gusto por la apreciación artística. Desde entonces su gusto por hacer una suerte de sincretismo entre alta cultura y cultura popular, esta última por su afición a los comics e historia fantásticas. Se sabe que el gusto por los monstruos le viene de su gusto por ver, también desde pequeño, las películas de terror de la Hammer que pudo ver gracias a funciones de matiné o porque las pasaba el canal 6 de Guadalajara. Así es como vio el Frankeinstein, interpretado por Boris Karloff.

En esta nueva adaptación, se realizó también una gran selección del casting, a pesar de que la primera opción para interpretar a la criatura había sido Andrew Garfield, quien terminó por rechazar la propuesta. Oscar Issacs, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz, por citar a parte del elenco, realizan una notable labor.

Irrefutable muestra de cine de calidad con alcance comercial, Frankeinstein de Guillermo del Toro es una cinta que vale la pena disfrutar y desmenuzar la cantidad de símbolos visuales que enriquecen su relato. Es el tono, quizá lo más difícil de conseguir en el cine y que su director logra de manera sobresaliente.

Ladoscuro73@yahoo.com.mx

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