Cuando una mujer dio por primera vez el Grito en Durango
En medio del clima de cambio que vivía México a principios de los años cincuenta, Durango escribió una página especial en su historia cívica. En 1953, una mujer encabezó por primera vez la ceremonia del Grito de Independencia en la capital del estado, un hecho que coincidió con el reconocimiento del voto femenino en el país y que marcó un precedente en la participación de las duranguenses en la vida pública.
Un año clave para los derechos de las mujeres
El 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines promulgó la reforma constitucional que otorgó a las mexicanas el derecho a votar y ser votadas en elecciones federales. Ese mismo año, Durango vivía un proceso de transición en el ayuntamiento capitalino y María Teresa de la Peña asumió de manera interina la presidencia municipal, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar esa responsabilidad en la ciudad.
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La noche que rompió el protocolo
Con el Palacio de Gobierno como escenario, De la Peña subió al balcón principal la noche del 15 de septiembre de 1953. Ante miles de personas reunidas en la Plaza de Armas, agitó el lábaro patrio y replicó el histórico llamado de “¡Viva México!”. La imagen de una mujer dando el Grito resonó en toda la entidad como una señal de los nuevos tiempos.
Un símbolo de apertura
Aunque su mandato fue breve, la intervención de María Teresa de la Peña abrió camino para que más mujeres participaran en cargos de representación, en una época en la que la política era un terreno casi exclusivo de los hombres. Cronistas locales la recuerdan como una figura discreta pero decidida, que asumió su papel con naturalidad y valentía.
Huella que permanece
Setenta años después, el episodio sigue siendo motivo de orgullo para Durango. Cada vez que una mujer encabeza la ceremonia del Grito, como ha ocurrido en diferentes municipios y, más recientemente, a nivel nacional, se evoca aquel primer gesto de igualdad que comenzó en 1953, cuando una voz femenina retumbó en la noche patria.