La niebla del diciembre quebrantaba
Del sol los melancólicos
Fulgores
Cuando en mi corazón
De tus amores
El acento primero
Resonaba.
El segundo diciembre
Se acercaba
Trayendo para mí
Nieblas mayores
Que a merced de los
Vientos bramadores
Tu nave en el atlántico
Bogaba.
Y el diciembre tercero
Aparecía
Templado, alegre como
El mayo hermoso
Y eras tú mi suspiro
Todavía.
El cuarto arrebatado,
Tempestuoso,
Vino a robarme la
Ventura mía
Carolina Coronado
Y cómo se llama ese
Mes
Que está entre
Diciembre y enero?
Con qué derecho
Numeraron
Las doce uvas del
Racimo?
Por qué no nos dieron
Extensos
Meses que duren todo
El año?
No te engañó la
Primavera
Con besos que no
Florecieron?
Pablo Neruda
En un día del mes de
Diciembre
Reina en el cielo, Sol!
Reina e inflama
Con tu almo fuero mi
Cansado pecho:
Sin luz, sin brío,
Comprimido, estrecho,
Un rayo anhela de tu
Ardiente llama.
A tu influjo feliz brote
La grama,
El hielo caiga a tu
Fulgor deshecho;
Sal! del invierno rígido
A despecho,
Rey de la esfera, sal!
Mi voz te llama.
De los dichosos
Campos, do mi cuna
Recibió de tus rayos el
Tesoro,
Alejóme por siempre
La fortuna.
Bajo otro cielo, en otra tierra lloro...
Esta nieve luciente
Me importuna...
¡El invierno me mata!... ¡
Yo te imploro!
Gertrudis Gómez
De Avellaneda