Dolores del Río: ¿Cuál es la conexión de la actriz duranguense con el Festival de Cannes?
Dolores del Río, figura emblemática del cine mexicano y pionera en Hollywood, mantuvo una relación singular con el Festival de Cannes que trasciende lo anecdótico. Su presencia se tradujo en una conexión profunda, construida a través de logros artísticos, reconocimiento internacional y participación activa en momentos clave de la historia de la muestra cinematográfica francesa. Desde su impacto en la pantalla hasta su rol en la toma de decisiones cinematográficas, la actriz duranguense dejó una huella que aún resuena en la memoria de la Riviera francesa.
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Primer cinta mexicana que conquistó Cannes
En 1946, durante la primera edición del Festival de Cannes, María Candelaria se convirtió en la primera película latinoamericana en recibir el máximo galardón del certamen, el Grand Prix, antecedente directo de la Palma de Oro. Dirigida por Emilio ‘El Indio’ Fernández y protagonizada por Dolores del Río, la cinta presentó una narrativa profundamente mexicana, centrada en una mujer indígena marginada por su comunidad, la cual, a través de la interpretación de la actriz duranguense, fue clave para que el personaje trascendiera como símbolo de inocencia y resistencia. La fotografía de Gabriel Figueroa, también premiada, consolidó una estética visual que marcaría el cine nacional por décadas.
Este reconocimiento internacional no solo posicionó a María Candelaria como referente del Cine de Oro mexicano, sino que reafirmó a Dolores del Río como figura artística de alcance global, pues tras su etapa en Hollywood, la actriz encontró en este papel una plataforma para redefinir su carrera desde una identidad profundamente mexicana. El triunfo en Cannes fue más que un premio, fue una declaración de que el cine hecho en México podía dialogar con el mundo sin renunciar a su raíz.
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Rol más allá de la realización cinematográfica
Una década después del triunfo de María Candelaria, Dolores del Río regresó a a la Croisette en un rol completamente distinto, siendo ahora miembro del jurado oficial en la edición de 1957, convirtiéndose, a su vez, en la primera mujer en la historia del festival en ocupar ese cargo. Aunado a dicho logro, la actriz duranguense también fue nombrada vicepresidenta del jurado, compartiendo responsabilidades con figuras como el realizador Jean Cocteau.
Ese año, la Palma de Oro fue otorgada a Friendly Persuasion de William Wyler, mientras que la inauguración del festival estuvo marcada por la proyección fuera de competencia de La vuelta al mundo en 80 días, con Mario Moreno ‘Cantinflas’ entre los protagonistas. Dolores del Río compartió deliberaciones con figuras como Michael Powell, George Stevens, Marcel Pagnol y André Maurois, en una edición que reunió a voces clave del cine europeo y estadounidense. Su participación no solo rompió barreras de género, sino que consolidó su lugar como referente latinoamericano en los espacios más influyentes del cine mundial.
