El Teatro Ricardo Castro recibió la puesta en escena ‘Sexto sentido’
El Teatro Ricardo Castro se convirtió en escenario de una experiencia profundamente emotiva con la presentación de la obra “Sexto sentido”, una obra que combinó teatro, danza y simbolismo para explorar los límites de la percepción humana y el poder del espíritu. Con un lleno total, el público duranguense reconoció la puesta como una producción de gran planeación y sensibilidad artística que mantuvo la atención de principio a fin.
La obra, dirigida y escrita por Isna Arreola, propone una pregunta que atraviesa toda la narrativa: ¿qué sucede cuando lo inexplicable se entreteje y nuestros cinco sentidos se desvanecen? A partir de esta premisa, la historia presenta a Elena, una mujer que, a lo largo de las distintas etapas de su vida, va perdiendo sus sentidos como metáfora de las pérdidas emocionales que enfrenta.
Arreola explicó que “el personaje principal es Elena y la historia nos cuenta cómo, a lo largo de sus diferentes etapas de vida, va perdiendo sus sentidos de manera metafórica. Cuando se le va presentando la pérdida en la vida, pierde sus sentidos”.
EL VIAJE INTERIOR DE ELENA
La obra narra cómo, siendo bebé, Elena pierde el olfato; en su infancia, el tacto; en la adolescencia, la vista; como joven, el gusto y la voz; y en la etapa adulta, el oído. Tras ese proceso de desconexión con el mundo, se encuentra con su “sexto sentido”, una representación del Espíritu Santo, quien la acompaña en un viaje de regreso a los escenarios de su vida para enfrentar la decisión más difícil, perdonar a quien le arrebató sus cinco sentidos. Este encuentro se convierte en un acto de redención y sanación interior que culmina con su regreso a la vida.
UNA PRODUCCIÓN DE GRAN ESCALA Y SENSIBILIDAD
La puesta en escena estuvo conformada por 38 actores y bailarines que dieron vida a los dos actos de la obra, el primero “¿Cómo terminó lo que una vez comenzó?” y el segundo, “Volviendo al principio”. Con un despliegue visual y sonoro cuidadosamente diseñado, la propuesta destacó por su ritmo narrativo, su estética escénica y la profundidad de su mensaje.
La música original fue compuesta por Jonas Jasso, quien también colaboró con Gabriel Flores en la edición de sonido y efectos, elementos que aportaron fuerza emocional y atmósfera a cada momento.
El equipo creativo estuvo conformado por Isna Arreola, Seidy Campuzano, Alex Carrillo, Jonas Jasso, Karen Torres y Gabriel Flores, quienes construyeron un montaje donde la teatralidad, la danza y la espiritualidad se entrelazan para ofrecer una experiencia sensorial completa.
Con todo esto, la obra mantuvo al público atento y conmovido durante toda la función, reconociendo el trabajo actoral, la coherencia visual y la energía colectiva del elenco.
