Fallece el cantante duranguense Lalo Sosa, ícono de la bohemia musical local
En una jornada de profundo dolor para la escena musical en Durango, se confirmó este miércoles el fallecimiento de Eduardo “Lalo” Sosa, cantante versátil y figura emblemática de la bohemia de la capital. Tras una prolongada contienda contra el linfoma de Hodgkin, la voz de Sosa se apagó, dejando un legado artístico que trascenderá generaciones.
La noticia de su muerte ha estremecido al mundo artístico duranguense. Fue en mayo de 2023, cuando se le diagnosticó el linfoma de Hodgkin, condición que lo impulsó a unir a la comunidad artística y a sus seguidores en torno a una noble causa. Desde entonces, su lucha, abierta y esperanzada, inspiró mensajes de aliento y apoyo que fortalecieron aún más su vínculo con el público.

ÚLTIMO GRAN CONCIERTO
Hace apenas unas semanas, Sosa celebró sus 30 años de trayectoria artística con un emotivo concierto en el Teatro Ricardo Castro, donde su fiel compañera, la guitarra acústica, volvió a ser protagonista, como lo fue a lo largo de su vida.
Reconocido por su pasión por la música, su estilo bohemio y su compromiso con el arte, Lalo Sosa cultivó una obra profundamente personal.
LEGADO MUSICAL
Entre sus proyectos más destacados figura su primer disco acústico de covers titulado “Sé quién soy”, seguido por “Confesiones de mi alma”, una producción más elaborada que incorporó músicos en vivo.
Participó también en el álbum “Querido Durango” del cantautor Fernando Miranda, donde interpretó tres temas originales. Además, incursionó en la producción escénica y musical con “La Taberna”, un homenaje a los grandes autores del siglo pasado que combinó boleros, teatro y un disco colectivo en el que Sosa participó como solista y en dueto.

Su álbum más reciente, “Fragmentos”, mostró una faceta madura y reflexiva, y ya se encontraba desarrollando “Pasiones compartidas”, un proyecto de 14 temas inéditos, algunos coescritos con artistas locales y nacionales, con el anhelo de seguir extendiendo su voz y sensibilidad.
Lalo Sosa también fue un rostro constante en foros culturales y eventos del norte del país, querido por su calidez, talento y cercanía con el público. Su historia es también la de un artista que hizo de la música una forma de comunión con su tierra, con sus amigos y con sus raíces.
Hoy, Durango y su gente sienten un vacío profundo. Lalo Sosa no solo se va, sino que deja una estela de dignidad, entrega y solidaridad. Su memoria vivirá en cada nota, en cada concierto, en el corazón de quienes lo amaron.
La familia de Lalo Sosa agradecerá a quienes acompañaron su última batalla y comunicará en breve los pormenores del servicio fúnebre.