La viciada CATEM que ningún gobierno quiere enfrentar
La crisis que afronta la Laguna de Durango por extorsiones y amenazas atribuidas a la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, escaló de un problema de inseguridad al ámbito político, donde comienza a perfilarse una confrontación de mayores dimensiones que enciende focos rojos para la estabilidad y gobernabilidad en la región.
Hoy, lo alarmante ya no solo es la reiteración de testimonios de empresarios, transportistas y productores sobre cobros ilegales disfrazados de "cuotas sindicales", sino el silencio -o la tibieza- de las autoridades federales y estatales frente a este complicado panorama que aqueja a la Laguna duranguense, y que incluso amenaza con brincar el Nazas, hacia Coahuila.
Ante la indiferencia de las autoridades locales -entiéndase Gobierno del Estado de Durango-, los afectados solicitaron la ayuda de la federación. Sin embargo, en respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum solo dio frases genéricas sobre la necesidad de interponer denuncias, quedando muy corto el mensaje frente a la magnitud del problema.
Y es que en los hechos, los sectores económicos de la región se sienten abandonados, atrapados entre un sindicato señalado por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, así como entre un gobierno estatal que más bien parecen interesado en deslindarse y culpar a terceros.
Al gobernador Esteban Villegas ya no solo se le acusa de ser parte del problema de las extorsiones en la Laguna, debido a la inacción de su administración para enfrentar esta problemática; ahora, la CATEM también lo señala, junto con el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, de presuntamente orquestar una campaña negra en contra de la organización sindical.
No obstante, las denuncias contra la central sindical no son un fenómeno exclusivo de La Laguna, pues hay casos documentados en Veracruz, Oaxaca, Querétaro y Chihuahua que muestran un patrón preocupante de violencia, extorsión y abuso de poder. No puede ser que todos los afectados estén mintiendo, ni que cada denuncia sea parte de una conspiración política.
Mientras tanto, la vida cotidiana de cientos de productores, transportistas y comerciantes en la región lagunera se deteriora. A ellos, poco les importa si la confrontación es entre gobernadores priistas, líderes sindicales de Morena o el mismo gobierno federal. Lo que exigen, es seguridad y garantías para trabajar sin miedo.
La CATEM y sus líderes merecen un proceso legal claro. Si hay culpabilidad, que se castigue; si no, que se deslinden responsabilidades. Lo que no puede continuar es el limbo en el que las víctimas siguen pagando con su patrimonio, su tranquilidad y, en algunos casos, hasta temiendo por su vida, mientras los políticos convierten la tragedia en un ring de acusaciones.
EN LA BALANZA.- El aseguramiento en Durango por parte del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional de cuatro vehículos de alta gama, uno de ellos con reporte de robo en Estados Unidos, abre más preguntas que certezas. Si bien es positivo que estas unidades se recuperen, resulta inevitable cuestionar por qué las fuerzas castrenses actuaron sin coordinación visible con las autoridades locales, que incluso ya habían intervenido previa y presuntamente sin éxito en el caso de la unidad hurtada en la unión americana. ¿Se trata de una falta de confianza en las corporaciones estatales y municipales?
X: @Vic_Montenegro