Navidad 2025: Consejos para medirse en las posadas
Aunque estas celebraciones forman parte importante de la tradición, también representan un momento en el que la alimentación y el consumo de alcohol pueden desbordarse con facilidad.
Sin embargo, disfrutar con equilibrio es posible. Con algunas estrategias enfocadas en salud, nutrición y bienestar, cualquier persona puede sumarse al ambiente sin comprometer su bienestar.
A pocos días de que inicie este ciclo de reuniones, se comparten cinco recomendaciones que ayudan a mantener la armonía entre la celebración y el cuidado personal.
DIETA LO MÁS BALANCEADA
El primer consejo consiste en comer algo ligero antes de llegar a la posada. Preparaciones sencillas que incluyan fibra, proteína o grasas saludables, como yogurt natural, frutos secos, verduras frescas o un sándwich integral, permiten regular el apetito y evitar atracones cuando la mesa está llena. Llegar con saciedad moderada facilita elegir mejor y disfrutar sin exagerar.
Otra recomendación importante es optar por porciones pequeñas y servirse solamente una vez. Las mesas llenas de guisos, panes, botanas y postres pueden resultar abrumadoras, pero elegir cantidades moderadas hace más sencilla la digestión y permite probar de todo sin caer en excesos.
Priorizar opciones horneadas o frescas sobre las fritas y decidir entre un postre o un extra salado ayuda a mantener un balance calórico razonable.

MEDIRSE CON EL ALCOHOL
En cuanto a las bebidas, es fundamental moderar el consumo de alcohol. Alternar cada copa con un vaso de agua y elegir bebidas menos azucaradas, como vino tinto, cerveza ligera o mezclas con agua mineral, contribuye a reducir la ingesta calórica y a mantener la hidratación.
Esto no solo mejora la sensación general durante la reunión, sino que disminuye la fatiga y los malestares posteriores.
Mantenerse en movimiento durante la posada también puede marcar una diferencia. Bailar, caminar por el lugar o simplemente no permanecer sentado durante largos periodos ayuda a activar la circulación y a favorecer la digestión. Aunque no sustituye al ejercicio formal, esta movilidad ligera compensa en parte la comida abundante y el tiempo sedentario característico de las celebraciones.
Finalmente, escuchar las señales de saciedad del cuerpo es clave. Comer despacio, masticar bien y prestar atención al sabor de los alimentos permite reconocer el momento en que ya no es necesario seguir comiendo.
Esta práctica de alimentación consciente evita incomodidades posteriores y fortalece la relación equilibrada con la comida incluso en un entorno festivo.