Piaxtla. El proyecto se encuentra paralelo al río para evitar que en algunas épocas del año con mayor lluvia interrumpa el tránsito.
Ha concluido una obra que constituye un eje interestatal que va desde la cabecera municipal de San Ignacio, Sinaloa, hasta Tayoltita, cabecera municipal de San Dimas, Durango.
En esta zona minera hasta hace poco tiempo el principal medio de transporte y traslado de insumos era vía aérea; ahora cuentan con una nueva opción con la carretera alimentadora que conecta esta zona serrana de la entidad, a tres horas de distancia de una localidad sinaloense.
Dentro de la carretera se encuentra el túnel El Duranguense, el primero en un camino alimentador en el país, de acuerdo con lo informado por Ángel Sergio Dévora Núñez, director general del Centro de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), al presentar la obra San Ignacio, Sinaloa-Tayoltita, Durango.
"Con esta carretera concluida, vamos a dar la facilidad del acceso vía terrestre para todo tipo de vehículos. (...) Esta obra, por sus características, tiene gran importancia en materia de accesibilidad".
Indicó que los habitantes habían solicitado contar con acceso terrestre para reducir los costos de traslado de personas e insumos.
La carretera permite la conexión hacia Sinaloa, llegando al municipio de San Ignacio, y de ahí se enlaza con la carretera 15, una vía costera del estado, hasta el poblado Coyotitán, en la carretera libre de peaje.
Se busca impulsar el desarrollo de Tayoltita y de las zonas aledañas en materia minera y forestal con esta vía de comunicación, que también detonará mejoras en salud, educación y comercio.
Aseguró que la carretera fue debidamente ejecutada y es segura.
RETO DE INGENIERÍA
El principal desafío del proyecto fue la ubicación orográfica, además de encontrarse en una zona de difícil acceso, dentro de un cañón donde desciende la Sierra Madre Occidental en 2 mil 550 metros sobre el nivel del mar. Tayoltita se ubica a casi 600 metros sobre el nivel del mar.
"Tuvimos que convivir con la naturaleza, derivado de las características de este cañón. Desde los límites del estado, en el puente Lechuguillas, hasta Tayoltita, desarrollamos 11.6 kilómetros de carretera".
Otra cuestión relevante fue la convivencia con el río Piaxtla, con el propósito de que no afecte el tránsito en ninguna época del año ni durante las crecidas de agua. Desde el proyecto ejecutivo se planeó de manera paralela al río y se trabajó con especialistas en el diseño de las terracerías, tomando en cuenta el trazo de una vía rural minera.
"El reto de ingeniería fue muy importante (...) tuvimos un especialista en túneles, uno en puentes y, obviamente, especialistas en terracerías y pavimentos".
El túnel minero fue el resultado de la ampliación de una vía minera; mide 515 metros de largo, cuenta una superficie de rodamiento de 8.5 metros y una altura de 8 metros. Para la iluminación, cuenta con un generador de energía; al lado izquierdo se ubica una boca o respiradero que permite la circulación del aire, y al final se encuentran tres puertas donde está el cuerpo de máquinas o el generador.
El diseño del túnel garantiza la seguridad del tránsito al elevar el nivel del piso del camino para evitar afectaciones por el río. En septiembre del año pasado se registró una avenida extraordinaria y se comprobó el funcionamiento de la estructura del terraplén y del pavimento.
El viaducto El Sauz tiene una altura de 35 metros y una longitud de estructura de 171 metros, apoyado en dos puentes auxiliares para el drenaje y flujo del agua en el cañón. La cimentación profunda varía entre 18 y 26 metros.
La carretera alimentadora tiene una sección de siete metros de ancho de corona y cunetas laterales, para alojar dos carriles de circulación, uno en cada sentido, de 3.5 metros cada uno.
MENOR TIEMPO DE TRASLADO
La conveniencia de esta vía hacia Mazatlán radica en la conectividad y el impacto en el desarrollo económico, además de acortar significativamente los tiempos de traslado.
Anteriormente, cuando solo existía una brecha, el recorrido de Tayoltita a San Ignacio tomaba alrededor de 10 horas; ahora se elimina prácticamente ese tiempo de traslado por vía terrestre.
"Hablamos en términos de velocidad normal, porque estas carreteras son de una velocidad de 40 a 50 kilómetros por hora. Estamos hablando de que pueden salir perfectamente en tres horas", expresó Dévora Núñez.
Se garantiza la conexión hacia Mazatlán y Culiacán, brindando cobertura a siete comunidades importantes: seis de Sinaloa y, en Durango, principalmente Tayoltita. Incluso, facilita el transporte de personas enfermas que requieren atención médica.
La infraestructura brinda seguridad también al tránsito de carga pesada de material minero.
Apuntó que la obra impactará de manera favorable en el desarrollo y la conectividad al occidente del país.
ANTECEDENTES
La obra, que en total abarca 96 kilómetros, se inició en el sexenio presidencial anterior como un compromiso del Gobierno Federal, y se le dio continuidad en la presente administración dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
El funcionario expresó que el cumplimiento de la obra se debe a un trabajo de continuidad, dado que se giraron instrucciones para que fuera concluida.
En el lado de Sinaloa, donde corresponden 85 kilómetros, los trabajos comenzaron en 2019; mientras que para los 11.6 kilómetros ubicados en Durango, en los límites estatales, se inició en 2023, una vez que se tuvo acceso desde el estado vecino.
Se invirtieron, entre 2023 y 2025, mil 600 millones de pesos en el tramo correspondiente a Durango, pero en total de obra tuvo una inversión global de 3 mil 170 millones de pesos.
El derecho de vía fue donado o autorizado por el propio municipio de San Dimas para alojar el camino, y la minera que opera en Tayoltita otorgó el permiso de paso por las zonas donde realiza actividades de producción.
La obra implicó una volumetría aproximada de 2 millones de metros cúbicos, lo que equivale a rellenar casi el Estadio Azteca de tierra. Se utilizaron más de 33 mil metros cúbicos de concreto hidráulico y 2 mil 400 toneladas de acero de refuerzo, con cortes de hasta 120 metros.
"Estamos entregando una obra que será administrada por el Estado, derivado de que se trata de una carretera alimentadora", puntualizó Dévora Núñez, aunque agregó que podría ser gestionada también por el Municipio, según los acuerdos que se establezcan.




