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Poder y descontrol

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Poder y descontrol

RENÉ DELGADO 6 dic 2025 - 08:19

Más allá de filias y fobias, la presidenta Claudia Sheinbaum sale fortalecida esta semana, aunque claro falta por ver cómo le va -ojalá y bien-- en el fugaz y riesgoso encuentro de hoy con el fatuo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

El fortalecimiento de la mandataria presenta, sin embargo, un par de aristas: se consiguió de modo atropellado y desaseado (quizá, así se quería hacer) y dejando ver un cierto descontrol en el ejercicio del poder o, al menos, en la comunicación de ese ejercicio. Como quiera, ahora está obligaba ya no a manifestar propósitos transformadores, sino a dar resultados tangibles.

En esa nueva condición, el mensaje que la jefa del Ejecutivo pronunciará mañana, en el acto con que se quiere celebrar y defender la llamada cuarta transformación, será clave. En ese discurso no sobraría formular definiciones, fijar prioridades y establecer para qué, cómo y con quién se quiere ejercer el poder, en estos tiempos difíciles.

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El miércoles pasado fue de enorme intensidad política e informativa y resultó importante para la presidenta Sheinbaum. El inventario de sucesos resultó de una riqueza extraordinaria.

La mandaría colocó a como dio lugar a Ernestina Godoy en la Fiscalía General de la República, haciéndose del control de la inteligencia, la fuerza, la operación, la persecución y el castigo del crimen. Retomó la rectoría del Estado en materia de explotación y uso del agua, sin lograr explicar bien la importancia de la medida. Anunció el nuevo aumento salarial y la iniciativa de reforma para establecer la semana laboral de 40 horas, sin dar respiro a esas buenas noticias. Instaló el Consejo (Empresarial) para la Promoción de Inversiones, sin marcar el vínculo o la diferencia con el Consejo Asesor Empresarial con el que ya contaba, a menos que se trate de un frente ante quien debe impuestos y la desafía. Decidió, finalmente, sí acudir a Washington al sorteo de la FIFA para armar los grupos del mundial de futbol, poniendo en juego la posibilidad de ver cara a cara a su homólogo estadunidense... Todo eso, mientras cuadros, operadores, militantes y simpatizantes del movimiento que la ampara le dieron vuelo a la llamada "Marcha del Tigre", cuya denominación refiere más al ataque que a la tregua, a diferencias que coincidencias, a la idea de medir fuerzas y dejar en claro quién es quién.

Esos acontecimientos eran, por sí solos, nota principal en los medios de comunicación. Cada suceso fue de una enorme relevancia y puso de manifiesto la fortaleza de la jefa del Ejecutivo, pero reveló de soslayo cierta debilidad: la mandataria o su equipo no es capaz de administrar la agenda informativa y, por lo mismo, de iluminar aquello que se quiere destacar El manejo dado, acható u opacó hasta lo que se hizo bien. Se disparan noticias con escopeta, sin pensar en tiros de precisión.

Podrá argüirse que la casualidad impuso el ritmo, pero entonces sería menester concluir que la circunstancia gobierna a la mandataria y no ella a aquella. Y eso habla de descontrol en el ejercicio o la comunicación del poder

¿Qué quería hacer brillar o, incluso, opacar el gobierno? En eso patina cada vez más la conferencia presidencial matutina, así como la idea de convertir a la mandataria en la vocera de sí misma y del conjunto del gobierno. Resbala la ilusión de que basta querer para poder.

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El fortalecimiento de la presidenta Sheinbaum supone compromisos no sólo con alianza política que la respalda, sino también con aquellos sectores económicos y sociales que la sostienen.

Los términos en que el oficialismo operó estos días permiten pensar en dos cuestiones. La operación política rebotó o flotó entre el uso de la fuerza y la búsqueda de consensos sin definir cuál de esos recursos se quiere privilegiar; y se impuso la real politik, echando por tierra la política principista que tanto presume de dientes para fuera el discurso cuatroteísta. Se abominó de la política y se echó mano de ella.

El saldo, como dicho, le resulta favorable a la jefa del Ejecutivo, pero la compromete. Si fue un error -como parece- otorgarle autonomía e independencia a la fiscalía de la República, más vale realizar la contrarreforma correspondiente, en vez de simular respetar esos principios, chapoteando en el lodazal hecho con la salida de Alejandro Gertz y la entrada de Ernestina Godoy. Si el reacomodo geopolítico obliga a tender o fortalecer puentes con otros países, más vale dejar de utilizar a la Secretaría de Relaciones como agencia de colocación para aquellos políticos en busca del exilio dorado o el canje de posturas políticas por puestos diplomáticos. Si la fragilidad económica y financiera, así como la imposibilidad de renegociar el tratado comercial regional obligan a replantear la relación entre el Estado y los inversores, conviene salir del juego de atraerla un día y ahuyentarla al siguiente. Si el impedimento para encarar al crimen, la corrupción y la asociación política-delito, derivaba de la falta de coordinación entre los factores y actores institucionales intervinientes ahora ya no hay pretexto.

No se puede venerar el escudo del águila y la serpiente, sumándole como amenaza un tigre al frente. No se puede seguir incurriendo en el error de confundir voluntad con realidad o de mostrar músculo y fuerza para más tarde pedir apoyo y comprensión.

La presidenta Claudia Sheinbaum sale fortalecida de este miércoles de marras, donde se resumieron procesos y procedimientos con resultados que la comprometen. Por eso, el mensaje presidencial de mañana será interesante, en él se verá si lo sucedido estos días lleva a replantear definiciones y prioridades y aclara cómo se quiere ejercer y comunicar el poder si está en control de él.

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