Punto de quiebre entre Durango, Sinaloa y ahora Coahuila
Tal parece que el gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, se mantiene ahora empeñado en abrir nuevos frentes políticos con sus homólogos vecinos, aun en los temas donde la prudencia y la cordialidad deberían ser las reglas básicas de una coordinación estratégica.
Lo que comenzó como un desencuentro con el gobierno de Sinaloa por la desaparición del joven duranguense Carlos Emilio, en Mazatlán -y el evidente desdén de Rubén Rocha Moya al negar cualquier comunicación con el mandatario duranguense- ahora tiene un eco similar en la Comarca Lagunera, con el gobierno de Coahuila.
En ambos casos, el hilo conductor es el mismo: la inseguridad y la falta de diálogo político efectivo. Mientras en Sinaloa el tema gira en torno a la ausencia de cooperación para atender un caso humanamente sensible, en Coahuila el conflicto surge por el manejo de las estrategias de blindaje entre Gómez Palacio y Torreón, tras los recientes hechos de violencia de este lado del Nazas.
Y es que Esteban calificó como "imprudente" la decisión de cerrar la parte baja de los puentes que unen a ambas entidades en aquella región, una medida que Coahuila considera necesaria para reforzar su blindaje. Las palabras del mandatario duranguense fueron interpretadas como un reproche público hacia el gobernador Manolo Jiménez y al alcalde de Torreón, Román Cepeda.
Lo anterior, inevitablemente, vuelve a situar a Durango en el centro de un nuevo contraste regional que, lejos de resolver los problemas de seguridad, los politiza y polariza a la ciudadanía aún más. Lo paradójico es que tanto nuestra entidad, como la de Coahuila, enfrentan retos comunes que exigen coordinación, no confrontación.
Manolo Jiménez no solo lo ha reiterado, sino que ha dado muestras tangibles de que la seguridad es un tema prioritario de su gobierno, con mayor énfasis en la Comarca Lagunera donde opera el Mando Especial, reconociendo además públicamente la importancia de trabajar "en sintonía" con Durango.
El propio secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, del Gobierno Federal, Omar García Harfuch, puso recientemente al estado de Coahuila como ejemplo nacional por su capacidad de respuesta y sus instituciones fortalecidas, subrayando que la seguridad no debe tener colores partidistas.
En contraste, empresarios e industriales de Gómez Palacio, preocupados por los permanentes brotes de violencia, claman por mayor reforzamiento de la seguridad y coordinación entre ambos estados. Piden certidumbre, no discursos cruzados. Lo que más temen no son los filtros en los accesos, sino que las diferencias políticas terminen debilitando la estabilidad que la región había logrado construir durante años.
Finalmente, Esteban insiste en que "La Laguna es una sola comunidad", pero sus declaraciones, en la práctica, contradicen ese ideal. Las palabras se desgastan cuando los hechos van en sentido contrario. Lo cierto es que tanto en el caso de Sinaloa como ahora en el de Coahuila, su narrativa ha oscilado entre la victimización institucional y el deslinde político, sin asumir del todo una estrategia clara de cooperación interestatal.
EN LA BALANZA.- Las declaraciones del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Fernando Rosas Palafox, sobre el cierre de Applebee's y RadioShack en Durango y la incertidumbre sobre si se instala o no Costco en la plaza, además de desafortunadas, exhiben su inexperiencia en el manejo del discurso público. Minimizar el impacto económico y laboral de estos cierres bajo el argumento de que son "cambios cíclicos" o "habría que preguntarle a Costco", muestran su desconexión con la realidad económica que enfrenta el estado.
X: @Vic_Montenegro