¿Quién es Aleco Irarragorri, el presidente más joven del futbol mexicano?
Con tan solo 24 años, Aleco Irarragorri Kalb se ha convertido en el presidente más joven en la historia reciente del futbol mexicano. Hijo de Alejandro Irarragorri, expresidente del Club Santos Laguna y figura clave del conglomerado Orlegi Sports.
Desde muy joven, Aleco estuvo involucrado en las operaciones del equipo, pero no desde una vitrina, sino desde la trinchera. Su formación ha sido híbrida: una combinación de aprendizaje empresarial, estudios especializados y experiencia directa en el manejo de áreas clave dentro del club, incluyendo fuerzas básicas, mercadotecnia y planeación estratégica.
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Una carga importante
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, el ascenso de Aleco Irarragorri no es producto únicamente del nepotismo. Su nombramiento, sin embargo, no ha estado exento de controversias.
Para algunos, representa una apuesta arriesgada que pone a prueba la credibilidad de un modelo directivo que privilegia la juventud por encima de la experiencia. Para otros, es una señal positiva de renovación generacional dentro del futbol mexicano, una industria que muchas veces se mueve al ritmo de estructuras tradicionales.
No obstante, desde que el hijo llegó a la silla grande, el desempeño del equipo ha ido en decadencia por diferentes factores, siendo la falta de liderazgo y una buena dirección por parte de quienes toman las decisiones las más marcadas dentro de las quejas de los aficionados laguneros.
Un futuro con grandes desafíos
Aleco no solo hereda un club, sino también retos inmediatos: elevar el nivel del club dentro de la Liga MX, fortalecer el vínculo con la afición lagunera y manejar con destreza la presión mediática que implica ser "el hijo de". Además, llega en un momento delicado para Orlegi Sports, con su padre enfrentando problemas legales que inevitablemente salpican la imagen institucional.
Si bien la familia Irarragorri está pasando por un momento complicado por las acusaciones a su padre y el rendimiento del equipo, Aleco tiene en sus manos la oportunidad de construir su propia historia separada de su apellido.