Los bombardeos rusos sobre Ucrania se han enfocado cada vez más en las líneas ferroviarias, además de las instalaciones energéticas, en un intento por frenar el abastecimiento militar y afectar la vida cotidiana del país.
El viceprimer ministro Oleksii Kuleba informó que los ataques contra la infraestructura ferroviaria se han triplicado desde julio. Indicó que, en lo que va del año, se han registrado alrededor de 800 agresiones directas contra el sistema ferroviario y más de 3,000 instalaciones han sufrido daños, con pérdidas que superan los mil millones de dólares.
Aunque Moscú insiste en que se trata de objetivos militares, particularmente energía y ferrovías vinculadas al movimiento de armamento, las autoridades ucranianas señalan que la diferencia entre daños militares y afectaciones a civiles es prácticamente inexistente.
Mientras continúa la ofensiva rusa en el este y sur del territorio, Ucrania enfrenta además un severo escándalo de corrupción en el sector energético. Siete personas han sido acusadas formalmente, dos ministros renunciaron y las investigaciones alcanzaron al círculo cercano del presidente Volodímir Zelenski, tras las imputaciones contra su colaborador Timur Mindich.
La Oficina Nacional Anticorrupción también solicitó la detención del exviceprimer ministro Oleksiy Chernyshov. En respuesta, Zelenski adelantó que impulsará reformas profundas, auditorías y cambios estructurales en diversas instituciones.
En paralelo, los ataques rusos se intensificaron entre jueves y viernes, con el lanzamiento de misiles y drones que provocaron la muerte de al menos cuatro personas en las regiones de Jersón y Dnipropetrovsk.
Ucrania respondió con nuevas ofensivas con drones contra objetivos energéticos rusos, incluyendo una refinería en Riazán donde se reportaron múltiples explosiones y un incendio de gran magnitud.
Los combates más fuertes permanecen en torno a Pokrovsk, donde Rusia asegura haber avanzado por distintos flancos de la ciudad. Ucrania, por su parte, afirma haber inutilizado una carretera clave para impedir el movimiento de vehículos enemigos. Ninguna de las versiones ha podido verificarse de forma independiente, pero ambas pa
rtes reconocen una intensificación de la lucha, especialmente en Zaporiyia, donde el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber tomado la localidad de Yablokovo. Kiev admitió el retiro táctico de Novovasylivske para “posiciones más favorables”.
En Europa, la alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, envió un mensaje en el que llamó a mantener una postura firme ante Moscú. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre si la Unión Europea logrará un acuerdo para utilizar activos rusos congelados como parte del apoyo a Kiev.
Italia, por su parte, anunció que prepara un nuevo paquete de asistencia militar, aclarando que su objetivo no es escalar el conflicto, sino reforzar la defensa ucraniana mientras se perfila un posible alto el fuego.