Tragedia en Texas: Mientras el agua subía, dos jóvenes mexicanas se quedaron a salvar vidas

En medio del caos provocado por las históricas inundaciones en Texas, dos jóvenes mexicanas hicieron lo impensable: quedarse. Mientras el agua subía y el miedo crecía, Silvana Garza Valdez y María Paula Zárate, de apenas 19 años, se convirtieron en el único refugio emocional para un grupo de niñas que no entendían del todo lo que estaba pasando, pero sabían que algo no estaba bien.

Estaban trabajando como consejeras en un campamento infantil en el condado de Kerr cuando las lluvias torrenciales lo cambiaron todo. El río Guadalupe se desbordó, destruyó cabañas, y arrastró todo a su paso. El terror llegó de golpe. Muchas personas corrieron para ponerse a salvo. Ellas no.

Silvana y María Paula se organizaron con rapidez. Reunieron a las niñas, las mantuvieron juntas. Les escribieron sus nombres en los brazos por si algo pasaba. Las distrajeron con juegos, les cantaron, las abrazaron. Les hicieron sentir que todo estaría bien, aunque no había garantía de nada.

Fueron las últimas en evacuar. Las últimas en subirse a los botes de rescate. Las primeras en proteger.

Dentro de la tragedia, ellas son un orgullo nacional

La historia de estas dos jóvenes no tardó en llegar a México. Fue tal la impresión, que incluso la presidenta Claudia Sheinbaum dedicó un espacio en su conferencia matutina para hablar de ellas.

“Dos mexicanas jovencitas que rescataron a otras, da mucho orgullo”, dijo. Y con razón.

Sheinbaum reconoció su valentía, su temple, y destacó que el Gobierno de México también ha brindado apoyo a connacionales afectados por el desastre natural, a través del Consulado en San Antonio. Más allá de las gestiones diplomáticas, lo que más resonó fue el ejemplo de humanidad que dieron Silvana y María Paula.

En entrevistas posteriores, ambas dijeron no sentirse heroínas. Pero lo son. Lo fueron en el momento justo. En un país extranjero, en condiciones adversas, a los 19 años, sin más recursos que su voz y su entereza.

Historias como esta no solo conmueven, inspiran, y nos recuerdan que, incluso cuando todo se inunda, hay quienes eligen quedarse para cuidar de los demás.