Muy temprano acuden personas a recibir un refigerio para empezar su día.
Hace 27 años, en una preparatoria duranguense, un grupo de amigas se reunió con un propósito sencillo, pero profundo: hablar con jóvenes sobre la prevención del aborto.
Fue ahí, entre preguntas silenciosas, lágrimas contenidas y confesiones inesperadas, donde nació una necesidad mucho más grande, la de acompañar a quienes atraviesan momentos de crisis emocional. Así surgió el Centro de Ayuda, Servicio y Apoyo de Durango, A.C., mejor conocido como C.A.S.A..
Mayra Liliana Marrufo Sada, directora de C.A.S.A., recuerda que en sus inicios todo fue muy informal. "Dábamos pláticas, pero descubrimos que los jóvenes traían muchas heridas emocionales. Había tanto dolor, que no podíamos quedarnos solo con el tema del aborto. Había que abrazar más necesidades". Así, en 1998, se formalizó el nacimiento de esta asociación civil que desde entonces ha sido un refugio para miles de personas que enfrentan situaciones límite.
UN REFUGIO DE VIDA
Hoy, C.A.S.A. no solo habla de prevención, sino de sanación integral. Las áreas que abarcan necesidades básicas, capacitación emocional, sensibilización, y validación.
Lo que se traduce en la entrega de alimentos en hospitales como el Materno Infantil y Cancerología, o bien, personas sin hogar reciben un refrigerio: una avena, un café para empezar el día.
Cuentan con dispensario médico, el cual surte si lleva receta médica y, claro, si lo tienen en existencia.
"Son programas articulados entre sí, la consejería es salud emocional personas que están enfermas y padecen situaciones de crisis emocional, donde hay diferentes tipos de acompañamiento", detalla.
La parte de sensibilización y vinculación es un modelo muy propio de C.A.S.A. en el que se estrechan manos con diversas personas, actores sociales públicos, privados, empresas que recíprocamente apoyan con alimento, despensas, o apoyos económicos, pero también, añade la Directora, "la parte de sensibilizar a la sociedad para que se fomenten estos valores de cooperación, de solidaridad, para que se articule un esquema en el que trabajen y sumen todos".
Tan solo el mes pasado repartieron cerca de 1,800 platillos, alrededor de 100 consultas de apoyo emocional y a unas 50 personas. A esto se suma un padrón permanente de 50 adultos mayores que reciben despensas regularmente.
SOSTENER ESPERANZA
Pero hacer tanto con tan poco no es fácil. Los recursos, admite Mayra, no siempre alcanzan. "Nos sostenemos con donativos, bazares, reciclaje... tenemos que ser creativos", dice con una sonrisa. "Somos donatarias autorizadas, eso ayuda, pero cuando los gastos superan a los ingresos, toca apretar los dientes y seguir".
C.A.S.A. opera con un equipo base de cinco personas (dos en cocina, dos en oficina y su Directora), pero se respalda por unos 15 voluntarios que cada semana dan su tiempo, su esfuerzo, su corazón.
HISTORIAS QUE MARCAN
La voz de Mayra se quiebra al recordar una de las muchas historias que se han vivido dentro de la asociación. Una mujer llegó preguntando si su esposo había ido a recibir consejería. La Directora recuerda que no podía decirle nada (por privacidad).
Al notar que la mujer tenía un golpe en la cara, la hizo pasar y le confesó que la había golpeado su esposo pero le había prometido que iría a C.A.S.A. a pedir ayuda.
Habló con ella, le dio consuelo... y una hoja con palabras de aliento para que se acordara de lo platicado.
Días después, esa hoja salvó una vida. "Ella me contó que se iba a suicidar, ya tenía todo listo. Pero vio la hoja, la tomó, la leyó y se soltó a llorar. Me dijo: 'Estoy aquí porque quiero vivir'".
Historias como esa son el pulso que mantiene vivo el corazón de C.A.S.A. y hacen que todo esfuerzo valga la pena.
EL DESAFÍO DE CRECER
Hoy, la organización busca renovarse con estructura. "Queremos hacer lo mismo que siempre hemos hecho, pero de forma más ordenada, con procesos más sólidos. Y claro, con más manos que se sumen", afirma su Directora.
¿Y qué se necesita para ser voluntario? "Solo eso, amor a los demás, tener sensibilidad, empatía. Áreas de trabajo aquí hay muchas, desde lavar platos hasta ayudar en logística. Aquí todos pueden hacer algo".
Actualmente, necesitan principalmente alimentos no perecederos, donativos en efectivo, y también apoyo para vender ropa donada en colonias vulnerables, donde cada prenda cuesta apenas 10 pesos, pero representa una gran ayuda para seguir operando.
UN SUEÑO
Mayra dice con esperanza: "El modelo de C.A.S.A. es replicable". Sueña con verlo crecer en otros municipios, incluso en otros estados. "Sería hermoso que más lugares tuvieran un espacio como este, donde la gente no solo encuentre ayuda... sino también motivos para seguir adelante".
En Durango, hay un lugar donde la esperanza no es un concepto, sino una acción diaria.
Y si alguna vez alguien duda de su valor, que recuerde esa voz que regresó para decir: "Estoy aquí porque quiero vivir".
Contacto
¡Súmate!
Facebook e Instagram: CASA Centro de Ayuda.
Whatsapp: 1684252874.
- Donando alimentos no perecederos.
- Apoyando con donativos económicos.
- Participando como voluntario.
- Donando ropa en buen estado.
- Asistiendo a sus bazares o eventos de recaudación.





