¡Un relámpago que sube al cielo! Astronauta capta un sprite sobre México y deja al mundo sin aliento
Desde el espacio, una luz roja cruzó la atmósfera sobre México... y no era un OVNI. La astronauta Nichole “Vapor” Ayers, a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), logró capturar un fenómeno tan extraño como fascinante: un sprite, o “duende rojo”, iluminando el cielo mexicano a más de 80 kilómetros de altura.
Se trata de un tipo de descarga eléctrica que no cae, sino que se dispara hacia el espacio desde las tormentas más poderosas. Es tan fugaz, dura milisegundos, que sólo con tecnología de punta o desde el espacio es posible observarlo con claridad.
¿Qué es un sprite y por qué es tan especial?
Los sprites son destellos de color rojo o anaranjado que emergen de la parte superior de las tormentas. A diferencia de los rayos convencionales, no impactan el suelo, sino que ascienden hasta tocar la mesosfera, una capa de la atmósfera donde rara vez ocurren eventos eléctricos.
Son tan misteriosos, que su existencia fue considerada un mito por décadas, hasta que fueron fotografiados por primera vez en 1989. Desde entonces, la NASA los estudia para entender mejor cómo las tormentas transfieren energía a la atmósfera superior y cómo esto podría afectar las telecomunicaciones y los sistemas satelitales.

México, punto clave para estos fenómenos
Durante el verano, el cielo mexicano es escenario frecuente de tormentas eléctricas de gran intensidad, lo que convierte al país en una “zona caliente” para la aparición de estos relámpagos celestiales.
La imagen captada por Ayers, publicada por la NASA como parte del proyecto Spritacular, ha dado la vuelta al mundo por su espectacularidad. En ella se ve claramente el destello rojo saliendo desde una tormenta activa, entre México y Estados Unidos.
¿Por qué la NASA los estudia?
Porque revelan información valiosa sobre la dinámica eléctrica del planeta, ayudan a mejorar modelos climáticos y podrían explicar anomalías en satélites o comunicaciones. Además, aún hay mucho por descubrir: apenas estamos empezando a entender estos “fantasmas del cielo”.