Por favor, use su cubrebocas
Mientras que especialistas en la materia a nivel internacional señalan los beneficios de portar cubrebocas como parte de la estrategia para mitigar la pandemia del Covid-19, el Gobierno Federal de México se rehúsa a implementarlo como una medida obligatoria entre la población y son algunos de los gobiernos estatales quienes han decidido ponerse estrictos con esta medida.
Por alguna razón que aún no queda clara, al presidente Andrés Manuel López Obrador le incomoda usar cubrebocas y, por lo tanto, lo vemos en sus diversas actividades sin ninguna protección. La gente que le considera un ejemplo opta por seguir sus pasos, lo que complica las medidas de prevención que quieren implementar desde el sector salud. A esto se une además la desinformación que abunda en las redes sociales sobre los supuestos daños al organismo que ocasiona el uso de los barbijos.
Es verdad que para quienes no estamos acostumbrados a usar cubrebocas resulta dificultoso los primeros días; sin embargo, es un proceso de adaptación. Además, si realmente se saliera a lugares concurridos solo por asuntos de primera necesidad, su uso diario debería ser por pocas horas.
Si bien es cierto que en este asunto también el poder adquisitivo es una limitante, los especialistas señalan que más vale traer algún cubrebocas sencillo que no traer nada. Al principio de la pandemia el valor de estos artículos incrementó de manera descontrolada pero actualmente, debido a la amplia oferta que hay, los precios se estabilizaron con opciones para todos los presupuestos.
También es importante señalar que el objetivo del cubrebocas es tapar boca y nariz, de manera que se retengan los fluidos que suelen salir por las vías respiratorias, por lo que solo usar simples caretas de acrílico no es recomendable.
En estos temas (como en muchos otros), es mejor hacerle caso a las personas investigadoras que pasan su tiempo trabajando en encontrar evidencia científica, no a los políticos, por lo que la invitación es a que use su cubrebocas. Es una medida sencilla; hágalo por su salud y la de los demás.
PUNTO Y APARTE.- Cada temporada de lluvias es lo mismo. Por lo general hay precipitaciones pluviales más intensas (las denominadas lluvias atípicas) que en cuestión de minutos hacen colapsar los sistemas de desagüe y las calles de la ciudad de Durango se convierten en verdaderos ríos. En algunas colonias y fraccionamientos el agua sube rápidamente dando paso a serias inundaciones incluso con daños a las casas.
Es un problema cíclico, que se repite anualmente y no se le ve una solución a corto plazo pues las obras de infraestructura hidráulica implican varios millones de pesos, diversas molestias al tráfico vehicular además de que, a pesar de su importancia, no suelen ser prioritarias en los planes de trabajo debido a su poco lucimiento.
Es común que cuando se tienen esos encharcamientos e inundaciones abunden las quejas en contra de las autoridades por no brindar ayuda inmediata; sin embargo, existe otra parte del problema en la que está involucrada la ciudadanía: la poca cultura en el manejo de la basura.
Toneladas de desperdicios tirados en la calle dan como resultado el taponamiento de las ya de por sí insuficientes alcantarillas con la respectiva acumulación del agua que en cuestión de minutos genera caos. Pese a esta situación, la gente mantiene estos malos hábitos y si se les llama la atención por tirar basura en la calle se indignan. Es la historia sin fin.
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