Entre marzo y julio del presente año, en plena emergencia sanitaria por el Covid-19, las familias mexicanas con menores recursos económicos padecieron una mayor inflación que el resto de los hogares del país.
Los precios al consumidor subieron 3.62 por ciento durante julio de este año en relación con el mismo mes de 2019 y fue la mayor inflación desde febrero pasado, cuando entonces se registró un nivel de 3.7 por ciento y la población todavía no entraba en confinamiento por el coronavirus, informó el Inegi.
Sin embargo, las familias con ingresos de hasta un salario mínimo, las cuales perciben máximo 3 mil 697 pesos al mes en la mayoría del país, con excepción de la Zona Libre de la Frontera Norte, se enfrentaron a una inflación de 5.84 por ciento. Significa el cuarto mes consecutivo en que los hogares más pobres afrontan una inflación mayor que el resto de las familias, pues esta situación se mantiene desde marzo, cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia, que obligó a suspender temporalmente las actividades no esenciales.