Al 2021

"Si quieres salir de algo, sales. Pero tienes que querer de verdad".

José Miguel Arroyo, Joselito.

El año atípico, convulso y dramático que ha sido el 2020, está ya por terminar y el trabajo, planeación y puesta en marcha de lo político sigue caminando en torno al 2021, los partidos políticos siguen moviéndose y buscando organización en torno a la elección intermedia para los cuatro distritos federales y la renovación del Congreso local, por ello es importante ver cómo están los partidos políticos en Durango.

Pareciera que el principal protagonista va siendo el Partido Revolucionario Institucional, y no necesariamente en el sentido de tener una lucha significativa en lo electoral, sino en haberse convertido en semillero de perfiles para otros partidos, como es del caso del Movimiento Ciudadano, donde su presidente estatal es el profesor Oscar García Barrón, el del comité municipal Alan González, la inclusión de Martín Vivanco, más los que se acumulen, todos ellos provenientes del PRI en las últimas semanas.

Pero el tricolor ha tenido nombres que hoy están también en otros partidos: Milton López y Cristal Salazar en Fuerza Social, Julián Salvador y Juan Solo Ledezma en Encuentro Solidario, Enrique Osuna en Redes Sociales Progresistas, más los ya sabidos en Morena.

Lo complicado para el Revolucionario es justo esa desbandada a finales del 2020, aunado a la crisis interna de división marcada entre los grupos de los exgobernadores, principalmente de Ismael Hernández Deras y de Jorge Herrera Caldera, que no se han puesto aún de acuerdo y con ello aumentan a esa falta de unidad, sumando aún la búsqueda de algunos para ir unidos con el PAN desde el próximo año, lo que ocasiona una división de opiniones al ver la posibilidad de ir junto al eterno rival.

Fuerza Social, Redes Sociales y Encuentro Solidario tienen un escenario sumamente difícil: mantener el registro, lo cual es muy complicado de lograr, poco qué hacer para conseguirlo.

Morena continua con una falta de orden en la dirigencia estatal, donde pareciera que Mario Delgado ha tardado en hacer nombramientos y a partir de ello comenzar a planear ya el trabajo electoral rumbo al próximo año, sin embargo, hay dos puntos importantes pero no emanados en Durango, sino justamente del propio líder nacional: el nombramiento de dos duranguense como delegados estatales, la senadora Margarita Valdez en San Luis Potosí y José Ramón Enríquez en Chihuahua.

El nombramiento de los dos senadores es importante en relación al trabajo que deben de hacer en esas entidades y darle al presidente López Obrador dos estados gobernados bajo su partido. San Luis Potosí, gobernado por el PRI, muestra una ventaja de Morena (Según última encuesta de Mitofsky) con poco más de diez puntos sobre el PAN y catorce por encima del PRI, la senadora Valdez deberá de contribuir a no perder la ventaja, de mantenerla, y la mayor dificultad es el caso del Partido Verde con quien muy probablemente se rompa la alianza y eso tenga replicas en muchos estados más.

Un reto mayor tiene el senador Enríquez, ya que en Chihuahua la contienda puede estar más reñida ya que según la última medición de Roy Campos, Morena estaría tres puntos abajo que el PAN, la empresa se antoja más complicada que la de SLP, pero el triunfo le quitaría directamente al PAN una gubernatura, tratándose del rival más importante de la 4T, con ello los bonos de Enríquez Herrera crecerían al interior de Morena, con la mira puesta en el 2022.

El PAN en Durango sigue al parecer sin conformar un bloque sólido al interior, atrapado entre dos bandos: los neopanistas y los de cepa, los que quieren unión con el PRI y lo que la denostan desde ya, pero lo más complicado pudiera ser el enfrentamiento entre los de cepa, la división entre ellos por espacios de poder y eso lo podemos vislumbrar en lo que ocurre al interior del municipio de la capital donde se quita al director de Desarrollo Social y luego se le vuelve a poner, justamente por las presiones internas, ahí, en ese hecho vemos un resumen de lo que sucede al interior del blanquiazul.

A prácticamente medio año de la jornada electoral seguimos con una constante: no hay nada para nadie, quien logre el triunfo en las urnas será aquel que venza primero a los enemigos internos que hacen una constante en los tres principales partidos: la falta de unidad.