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Orquídeas a la luz de los siglos

Andrea Palma un alma rebelde

ORQUÍDEAS A LA LUZ DE LOS SIGLOS

Andrea Palma un alma rebelde

Andrea Palma un alma rebelde

DANIELO HERNÁNDEZ

En los próximos días se habrá de conmemorar el 118º aniversario del natalicio de la duranguense Guadalupe Bracho Pérez-Gavilán.

Y aunque sus apellidos nos refieren a familias de alta estima en la sociedad de Durango, no es por su estirpe por lo que muchos la recuerdan, sino más bien, por ese espíritu rebelde que sirvió de inspiración, modelo y guía para muchas mujeres que buscaron sobresalir en el mundo de la farándula y en otras importantísimas áreas de la vida del México contemporáneo.

Guadalupe nació en Durango en 1903 en una familia conservadora y tradicional.

Como a muchas otras familias, el movimiento revolucionario de 1910 obligó a los Bracho a emigrar a la ciudad de México en busca de seguridad y estabilidad.

A partir de ahí, una Joven Guadalupe emprendió una nueva etapa de su vida que no tendría marcha atrás.

La necesidad económica la llevó a incursionar en el mundo de la moda en un modesto negocio al que bautizó como "Casa Andrea" y de ahí tomó prestado el nombre de la que posteriormente sería una primerísima actriz, arriesgada y transgresora de los roles tradicionales tanto dentro como fuera de la pantalla.

Guadalupe Bracho se convirtió en Andrea Palma y Andrea rápidamente fue la figura que le dio identidad a una lucha por el reconocimiento femenino del México de los años treinta.

A Andrea la podríamos catalogar como la mujer que se rebeló a los convencionalismos sociales de nuestro país en aquella época, ya que fue la primera que usó pantalones en México y fumó en público, fue además pionera en dejar de usar brasier y fue también una de las primeras mujeres que aprendió a conducir un auto.

Andrea trasladaría esa rebeldía al celuloide. Desde niña sabía que de grande seria actriz y que siempre se alejaría de los papeles de mujer sumisa. Ya desde chica "cuando jugaba a hacer obras de teatro con sus amigas, rechazaba los papeles de princesa o de esclava y prefería vestirse del emperador Nerón". Afirmó alguna vez su sobrina la también actriz Diana Bracho.

Andrea comenzó su carrera en el mundo del cine Hollywoodense a invitación de sus primos Ramon Novarro y Dolores del Rio con modestas participaciones en trabajos de esta última. Sin embargo su verdadero despegue se daría al trabajar con la diva germana Marlene Dietrich de quien era consultora de vestuario y maquillaje.

De ahí surgiría Rosario, personaje principal de La Mujer del Puerto, lánguida, estilizada y delgadísima, Rosario se movía en un ambiente de marineros borrachos y de prostitutas.

Este filme de 1934 fue un instantáneo suceso y Andrea Palma pasó a superestrella, prácticamente de la nada.

A partir de entonces Andrea fue requerido para papeles temperamentales, polémicos y de carácter. Lo mismo trabajó con Luis Buñuel que con Johnny Weismuller.

En los más de treinta largometrajes que realizó, Andrea dio catedra no solo de actuación sino también de inspiración para retar al sistema social que prevalecía.

En muchas de esas películas, las mujeres a las que interpretó llevaban una doble vida que quizá motivo a muchas a cuestionarse su lugar en el tradicionalismo mexicano.

Andrea siguió siendo rebelde toda su vida hasta el fin de su existencia en 1987, durante toda su carrera dejó en claro que para triunfar no solo era necesaria la belleza física sino que había que tener el valor de arriesgarse a hacer lo que otros no habían siquiera intentado.

Escrito en: Orquídeas a la luz de los siglos Andrea, muchas, México, vida

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