El buen inicio

Cuando se cambia la manera de ver el nacimiento, cambia la manera en que nace tu bebé, la forma como naces, en mucho determina como eres. La formación del vínculo afectivo desde la etapa prenatal entre los padres y el bebé, consolidará las bases de su autoestima.

Toca tu barriga, cántale una canción de cuna, siéntate en una mecedora y balancéate de manera suave. Al nacer, el nombre es el primer regalo que le haces a tu bebé, y este puede influir en su autoestima.

La vida pasa como un suspiro, así que cada día, sostén a tu bebé en posición de arrullo y busca su mirada ofreciéndole una sonrisa, con una voz suave, tierna y con cariño dile las cosas como "te amo", "me encanta ser tu mamá", "cuando te tengo cerca soy muy feliz", "me encanta abrazarte", "me encanta ver lo maravilloso que eres".

Si llora fuerte o se lastima, sólo repite "aquí estoy", "sé que te dolió mucho", "aquí estoy", abrázalo y arrúllalo por el puro deseo de tener contacto físico con él.

Entre más expresiones de afecto y cariño sienta el bebé mayor será su seguridad y la confianza con otras personas, lo cual facilitará la creación de nuevos vínculos emocionales.

Un vínculo inseguro puede conducir a problemas de comportamiento. La personalidad es la combinación de pensamientos, emociones y conductas que nos hacen únicos. Es el modo en el que ves, comprendes y te relacionas con el mundo exterior, así como el modo en el que te ves a ti mismo.

La personalidad se forma durante la infancia y en ella incide lo genético, determinando rasgos de la personalidad que se trasmiten de padres a hijos mediante los genes heredados, estos se llaman temperamento. Y el entorno, incluye los alrededores en los que creces, los eventos que tuvieron lugar y las relaciones con familiares y personas.

A veces es posible que los genes te hagan vulnerable a desarrollar una personalidad caótica, así como también situaciones de vida hostiles, como vida familiar abusiva o inestable. Los niños necesitan ser guiados desde el día 1 de su vida, los limites les ofrecen seguridad y estabilidad, decir No cuando sea necesario educa, construye, protege y regula al niño.

Por eso tómate el tiempo que necesites para estimular y comunicarte con tu pequeño desde el embarazo, merecerá la pena. Desarrollar el vínculo significa que tus hijos se sientan aceptados, apreciados, reconocidos y amados por ti; así buscarán ese tipo relación en un futuro.

Los nueve meses de embarazo brindan a la madre la oportunidad de prepararse tanto psicológica como físicamente, benditas sean estas madres y padres que están tratando de sanar para ser mejores, que se preparan y trabajan duro para mejorar la crianza de sus hijos, porque el futuro del mundo está en manos de los niños.

Invierte en la educación y crianza de tus hijos, no para que sean ricos, sino para que sean autosuficientes y buenas personas. Siembra en tus hijos ideas buenas y valores positivos, responsabilidad, auto diciplina, justicia, tolerancia, lealtad, altruismo, empatía, sentido del humor, paciencia, solidaridad, independencia, cooperación, respeto, amor por sus semejantes, por los niños y por los ancianos, por la naturaleza, por las plantas animales y el planeta entero, transmite el valor de la humildad y el agradecimiento, siempre empezando con tú ejemplo claro está.

Los padres saben que son los encargados de enseñarles cosas básicas como aprender a comer correctamente en la mesa, hábitos de higiene, llevarlos a la escuela para que reciban formación entre otros, sin embrago el vínculo amoroso y la verdadera transmisión de valores es lo que los va a permitir convertirse en personas integras y vivir en armonía con los demás.

Después de cubrir sus necesidades básicas, tu hijo requiere un vínculo de cercanía contigo para sentirse seguro. Necesita tus caricias, que lo mires a los ojos, que le hables suavemente y saber que disfrutas su compañía.

Además, deberá experimentar que cuando te vas, regresarás, lo abrazarás cuando se asuste o se estrese y cumplirás lo que dices.

Esto, dará como resultado adultos más sanos y conectados, parejas más plenas y hombres con menos estrés, angustia, adicciones y violencia. ¡bendita tarea!