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Estropeado, el Mirador del Cerro de los Remedios

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Estropeado, el Mirador del Cerro de los Remedios

Estropeado, el Mirador del Cerro de los Remedios

CITLALLI ZOÉ SÁNCHEZ

La noche del 6 de noviembre de 2009, la clase política y empresarial duranguense, entre otros invitados, fueron testigos de la inauguración del Mirador del Cerro de los Remedios.

En aquella ocasión, el acto protocolario para la entrega formal de la obra fue encabezado por el entonces gobernador Ismael Hernández Deras y se dio a conocer que se habían invertido 10 millones de pesos. El proyecto implicó la rehabilitación del Templo de Nuestra Señora de los Remedios, edificio que data del siglo XVII; se construyeron andadores, escalinatas, sanitarios, jardines, cafetería, salas temáticas, locales comerciales y un estacionamiento para 60 vehículos.

"Todos sabemos que este tipo de inversiones mejora nuestra posición competitiva, eleva nuestro potencial turístico y, en última instancia, estimula la generación de derrama económica y empleo", pronunció en su discurso Hernández Deras.

A partir de ese momento, ese punto fue promovido como parte de los atractivos turísticos de la ciudad capital, lo cual se reforzó con la apertura del Teleférico en el 2010.

Históricamente, el Mirador ha sido un punto de encuentro de la población, pero antes de esa remodelación era uno de los lugares preferidos por los jóvenes para emborracharse y para noviar. Una vez que se remodeló, se le dio mayor impulso y se convirtió en una visita obligada para los turistas y los mismos habitantes de la ciudad.

Uno pensaría, como simple mortal, que cuando se hacen este tipo de proyectos turísticos las autoridades encargadas de llevarlos a cabo toman en cuenta todas las posibilidades a corto, mediano y largo plazo, por ejemplo, que algún dueño de un terreno aledaño decidiera hacer un edificio que tapara la vista y dañara el paisaje urbano ahí diseñado.

Uno supondría, entonces, que las autoridades encargadas investigarían la situación del entorno, y tal vez comprarían los terrenos de mayor riesgo de perjudicar el proyecto o, quizás, recurrirían a la Ley de la Expropiación para el Estado de Durango, que en su artículo 1, fracción XIII, indica que se "declara de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada la creación y ampliación de jardines, parques, plazas o plazuelas y demás paseos públicos, incluyendo los centros de cultura física y campos deportivos".

Sin embargo, al parecer, ni a la administración que hizo el proyecto ni a las dos siguientes se les ocurrió pensar en esta probabilidad y es, hasta ahora, que ya hay una casa al lado que estropea la imagen del Mirador, que surgen las preguntas y todo mundo se deslinda de la responsabilidad.

El Gobierno Municipal indica que la construcción cumple con los requisitos marcados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) así como con la misma reglamentación del Ayuntamiento. Pero aquí también surge la duda del porqué no se actuó a tiempo en cuanto se tuvo conocimiento de la obra antes de empezar a construir y no ya hasta cuando estaba una barda, cuyas imágenes se dieron a conocer en redes sociales con el subsecuente reclamo de la sociedad.

Ahora dicen que la obra está parada y que se dialoga con el dueño. La historia de siempre: atienden los problemas cuando ya está "el agua hasta el cuello", en lugar de intervenir oportunamente. También argumentan que la construcción no afecta la vista panorámica pero es innegable que sí desluce el espacio.

Hasta la fecha se desconoce quién es el dueño de la construcción, pero es cuestión de tiempo para que la información salga a la luz. Esperemos que no sea algún buen amigo o familiar de las autoridades en turno, porque entonces se sospechará de su capacidad y honestidad.

PUNTO Y APARTE.- A propósito del Día del Niño y la Niña, el INEGI dio a conocer los datos acerca de este importante sector de la población que en muchas de las ocasiones, viven en un contexto de violencia.

Según el Censo de Población y Vivienda 2020 en México residen 31.8 millones de niñas y niños de 0 a 14 años de edad, que en términos relativos representan 25.3 por ciento de la población total.

De acuerdo a estos datos, el matrimonio y el trabajo infantil aumentaron en 2020 respecto a 2010 en el país. Actualmente, 6 de cada mil niñas de 12 a 14 años se han unido o casado, y 122 de cada mil niños y niñas trabajan.

Otro dato interesante es que la mayoría de las niñas y niños de entre 10 y 14 años de edad son físicamente inactivos. Sólo 12.5 por ciento y 17.9 por ciento, respectivamente, realizan al menos 60 minutos de actividad física moderada-vigorosa siete días por semana, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018).

Nos leemos en twitter: @citlazoe

Escrito en: Nota al margen niñas, obra, niños, autoridades

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