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Madres de hoy: madres diferentes

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Madres de hoy: madres diferentes

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IGNACIO ESPINOSA

A diferencia de hace 20, 30, 40 o quizás hasta 50 años, las madres de la actualidad son distintas en muchos aspectos, aunque lo más importante es que conservan su esencia, esa que las convierte en verdaderas guerreras a tal grado que las impulsa a hacer cualquier cosa con tal de sacar a los hijos y a la familia adelante.

Y por supuesto que generalmente logran su cometido cuando se trata de que los hijos cuenten con los satisfactores de afecto, amor y cariño, que se complementan con los de tipo material y que son por los que trabajan hasta jornadas extras si es necesario para que en ese aspecto tengan lo indispensable.

En los tiempos actuales ya es muy común, incluso, que muchas madres lleven a cuestas toda la responsabilidad que implica atender a los hijos en todos los ámbitos, una vez que su relación conyugal fracasó o de plano no se pudo concretar un matrimonio ante la falta de compromiso de su pareja, entre otros factores.

Dentro de este contexto, podemos observar a una cantidad importante de mujeres que saturan su tiempo con actividades que les permitan obtener ingresos económicos para solventar todas las necesidades del hogar, desde la manutención de los hijos, hasta el pago de los servicios básicos y todo aquello que representa costear los gastos para la preparación académica de sus vástagos.

Para muchas de ellas, incluso, no hay tiempo, o si lo hay es tan escaso, para la recreación y la diversión, pues cada hora del reloj la destinan para trabajar y reunir esos recursos económicos que son indispensables para que en la casa la familia cuente con lo básico.

Así, es raro que asignen algo de ese dinero para comprarse un vestido o unos zapatos nuevos, ya que antes piensan en que en la mesa haya siempre alimentos y que a los hijos no les falte lo necesario para su instrucción educativa, por lo que esos aspectos se convierten en la prioridad número uno en su lista.

Estas son las madres de hoy, esas que dejan para después la atención de sus necesidades personales, pues las de los hijos siempre están por encima de cualquier otra prioridad, para lo que están dispuestas hasta sacrificarlo todo con tal de ver que los suyos gozan de un estado donde cuentan con lo indispensable y que se refleja no sólo en el aspecto material, sino en el emocional, en el afectivo, en ese amor que todos necesitamos para sentirnos plenos y realizados. En pocas palabras: en la felicidad.

Todos conocemos a mujeres, ya sea casadas, solteras, divorciadas, viudas. En fin, el estado civil es lo de menos. Lo más importante y el factor común que las distingue es ese propósito de luchar por el bienestar de sus hijos en todos los aspectos, aunque para ello cuenten o no con el respaldo de una pareja, ya que este factor puede pasar a un segundo término si está sola en su lucha por alcanzar sus objetivos cotidianos que se plantea a sí misma una vez que sale del hogar y cierra esa puerta que la impulsa a no rendirse cuando se trata de ofrecerles lo mejor y volver más tarde con la esperanza renovada de que hizo su mejor esfuerzo para llevar esos pesos que significan la diferencia entre tener alimentos en la mesa y observar una mesa incompleta o tal vez semivacía.

No obstante, las madres de hoy se caracterizan por disponer de energía que parece inagotable, aunque en su interior, muchas veces, contienen el llanto cuando las cosas no suceden como se planean, pero luego surge de lo más profundo de su ser esa fuerza que las mueve a no rendirse a pesar de la adversidad y que las hace superar cualquier obstáculo cuando están de por medio los hijos, la familia.

Son madres que, si no cuentan pareja o cónyuge, no precisan de ese apoyo masculino para hacerse cargo de la enorme responsabilidad que representa llevar sobre sus hombros esa misión de guiar a los hijos por el sendero de los principios y valores morales que les darán sentido a sus vidas una vez que tengan que abandonar el hogar para formar el propio.

Este, seguramente, será el aspecto más relevante en la formación de los hijos, pues a partir de ahí tendrán cimientos fuertes que les permitirán hacerle frente a situaciones difíciles que deberán resolver sin el apoyo de una madre o un padre si así lo deciden para aprender a crecer y valerse por sí mismos.

En suma, las madres de la época actual son verdaderas guerreras que, a la vez, se combinan con la dulzura, la ternura y el amor que sólo ellas son capaces de ofrecerles a sus hijos y a su pareja, si la tienen, al mismo tiempo que buscan en todo momento la armonía y la estabilidad para su hogar.

Por ello, vaya desde esta humilde colaboración, desde este espacio, un enorme y sincero reconocimiento a esas madres que lo dan todo aunque se queden sin nada, como un reflejo de su extraordinaria generosidad en estos tiempos difíciles que les tocó vivir pero que, a pesar de todo, no se doblan, no se rompen y jamás se rinden, sin importar los obstáculos que se encuentren en el camino, pues las guía el más noble fin que pueden tener: el bienestar de los suyos, de una familia unida y feliz.

Escrito en: Padres e hijos hijos, madres, pues, esos

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