Curas mantienen presencia en zonas de conflicto
La Arquidiócesis de Durango se unió a la pena por el fallecimiento de fray Juan Antonio Orozco, en territorio duranguense.
El vocero de la Arquidiócesis Noé Soto, refirió que el misionero pertenecía a la prelatura de El Nayar, la cual tiene sede en Nayarit e integra a varias comunidades de municipios indígenas como Mezquital, en Durango, y de otros estados.
No obstante, enfatizó que la Arquidiócesis de Durango también se une a la condena de este hecho y de las situaciones violentas que se registran en el país.
Lamentó que el misionero falleciera en medio de un enfrentamiento entre grupos del crimen organizado, cuando se dirigía a celebrar misa, donde siempre exhortaba a los pobladores a vivir en paz y tranquilidad.
Enfatizó que no fue un ataque directo a su persona, sino que se dio en medio de una refriega entre grupos.
"Lamentamos mucho por los franciscanos y seguimos exhortando a la población para que se busque la paz y que cese la violencia", enfatizó.
Asimismo, reconoció que en Durango se tienen identificadas zonas de mayor riesgo, sobre todo en la Sierra de Santiago Papasquiaro, Tepehuanes y Guanaceví, pese a lo cual, aseguró que los padres siguen acudiendo a estas zonas donde hay conflicto a llevar un mensaje de paz.
Postura
Aunque no pertenecía a la Arquidiócesis de Durango, se condenó el fallecimiento del misionero franciscano, en Mezquital.
Riesgo
El vocero de la Arquidiócesis reconoció que hay varias zonas en conflicto, donde mantienen presencia.