¿Quién ganó en esta elección?
Una falacia es un argumento que parece válido pero que no lo es. Puede decirse que es una fantasía que no responde a la realidad. Después de las votaciones del pasado 6 de junio, dirigentes de partidos políticos y simpatizantes de los mismos han llenado las redes sociales de falacias sobre supuestas victorias electorales que en realidad distan mucho de serlo.
Como dicen por ahí: "todo depende de cómo quieras ver el vaso, si medio lleno o medio vacío" y sí, pero una realidad inobjetable es que Morena en Durango perdió. Menciono esto porque a pesar de ser el partido más votado en el estado, perdió espacios de poder y eso, estimados lectores, aunque lo quieran maquillar, es perder.
Morena alcanzó, según datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) que elabora el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) en Durango, un total de 165 mil 286 votos antes de los reconteos que comenzaron el pasado fin de semana, lo que los ubica como el partido con mayor porcentaje de votación en esta elección intermedia.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) sumó un total de 123 mil125 votos, lo que lo posiciona como la segunda fuerza política a nivel estatal y, en tercer lugar, Acción Nacional, con una suma de 93 mil 627 votos.
En honor a la verdad, los morenistas tienen razón al decir que fueron el partido que más electores acaparó; sin embargo, no olvidemos que en estas elecciones el PRI y el PAN fueron juntos, acompañados de la rémora en que se ha convertido el Partido de la Revolución Democrática (PRD), por lo que pudiéramos entender que los votos que sumaron estos tres institutos políticos se traducen como un rechazo al régimen lopezobradorista y, de igual forma, son el producto de la inactividad e ineficiencia mostrada por casi todos los representantes de Morena en la Cámara de Diputados y en el Congreso estatal.
En suma, la alianza "Va por Durango" obtuvo la confianza de 228 mil 239 duranguenses frente a los 165 mil 286 que mantienen su lealtad al partido de López Obrador, a quienes habría que sumarles la voluntad de 17 mil 043 petistas, un partido que lo único que busca es sobrevivir a costa de las prerrogativas y la dádiva morena.
Los números son fríos: 228 mil duranguenses no confían en AMLO ni en sus representantes en lo local; enfrente tienen a 182 mil que, sin importar quiénes sean sus abanderados, siguen votando fielmente por la causa "izquierdista" que, dicho sea de paso, de izquierda no tiene nada; en su último libro, Roger Bartra lo categoriza como un populista de derecha derivado de su desdén por la Constitución y sus instituciones, el creciente aprecio por el militarismo, el uso de las creencias religiosas y de la fe, el manejo discrecional del dinero público, la violencia verbal y política contra cualquier tipo de disidencia y la cuidadosa construcción de un aparato de control territorial dirigido personalmente por la oficina del presidente.
Ante este escenario, hay quienes aseguran que Morena gana la elección. ¿Un partido que se quedó sólo con cuatro espacios de elección popular frente a los 11 que consiguió hace tres años, puede proclamarse ganador de la contienda? Desde mi perspectiva, no. Falta ver cómo queda la conformación del Congreso estatal una vez que haya terminado el reconteo distrital y se asignen los espacios de representación proporcional pero, volviendo a confiar en las matemáticas, Morena y sus aliados difícilmente recuperarán ese poder legislativo que ostentaron recientemente.
A partir del pasado 6 de junio el cuartel morenista se ubica en la Comarca Lagunera, mientras que los prianistas sitiaron la capital del estado. No es trivial saber hacia dónde vamos; la lógica nos dice que las coaliciones deben mantenerse hasta el 2022 y buscar mecanismos para sumar al resto de participantes. La pregunta es: ¿se pondrán de acuerdo?
@eduardguezh