Pose y la representación del VIH
Pose es una serie ambientada en el Nueva York de los ochenta, enfocada en la 'ball culture': un espacio en el que la comunidad LGBTQ+, sobre todo latina y afroamericana, creó redes creativas y familiares que les permitió expresarse sin prejuicios.
Aleix Jaime Barcelona explica que 'los balls eran un acontecimiento donde cada 'casa', es decir, cada familia elegida, competía por trofeos bajo distintas categorías en las que bailaban, desfilaban, actuaban, o realizaban lip-syncing (actuaciones de playback). En estos eventos toda la comunidad podía expresarse y vestirse libremente, siendo un lugar seguro, especialmente para las drags, como para las personas trans, las más discriminadas del colectivo. Se debe tener en cuenta que los Estados Unidos de aquel entonces no permitía a sus ciudadanos vestirse con ropa socialmente asignada a otro género. De este modo, de forma clandestina, el colectivo desafiaba las leyes de un país que no les aceptaba'.
En un escenario en el que contenidos misóginos, homofóbicos y simplemente retrógradas intentan aferrarse a sus plataformas y a sus discursos desgastados, Pose ha sido, desde su primera temporada, un ejemplo de cómo explotar tu creatividad y arrojar luz sobre minorías al mismo tiempo.
Esa visibilidad tan necesaria está presente desde la elección del elenco: la serie de Ryan Murphy cuenta, históricamente, con el mayor número de actrices trans. Indya Moore, MJ Rodríguez y Dominique Jackson son sólo tres de las actrices que, del set de Pose, han saltado a revistas de moda, campañas y diversos escenarios.
Sin embargo, de los muchos ángulos que pueden diseccionarse sobre la serie, en esta ocasión hablaré de la representación del VIH.
El VIH y la segunda mitad de los ochenta no pueden separarse. Ese momento, que habitan los personajes de Pose, es el momento en que la pandemia por la enfermedad está arrasando con gran parte de la comunidad, y, al mismo tiempo, está siendo usada como un arma política que 'intenta contrarrestar la liberación sexual de las identidades de género disidentes de los 70', de acuerdo a Camila Roccatagliata. Los estigmas que aún están presentes en la sociedad respecto a esta enfermedad nacieron en este momento.
En uno de los primeros momentos de Pose, sabemos que Blanca, una de las protagonistas, acaba de ser diagnosticada con VIH. A partir de ahí, llegarán más diagnósticos, muertes y dolorosas estancias en el hospital.
Otro de los protagonistas afectados es Pray Tell, el maestro de ceremonias de cada 'ball', considerado también como una de las figuras paternas más fuertes de la comunidad. Pray Tell es interpretado por Billy Porter, ganador del Tony y del Emmy, y quien recientemente contó, por primera vez, que él también es VIH positivo. En una entrevista para el Hollywood Reporter, explicó que desde su diagnóstico, en el 2007, había mantenido su condición casi en secreto absoluto (no le contó a sus compañeros de trabajo, tampoco a su madre) por miedo a ser marginalizado. La visibilidad de minorías que representa Pose también fue liberadora para él: gracias a la vida que le otorga a Pray Tell, logró sanar lo suficiente para contar su historia:
'Al haber vivido la plaga, mi pregunta siempre fue: '¿Por qué me salvé? ¿Por qué estoy vivo?' Bueno, estoy vivo para poder contar la historia. Hay toda una generación que estuvo aquí, y yo me apoyo en sus hombros. Puedo ser quien soy en este espacio, en este momento, por el legado que me dejaron. Así que es hora de ponerme los pantalones de niño grande y hablar', contó a The Hollywood Reporter.
En 'Netflix is burning: contrasexualidad y VIH-Sida en Pose', Camila Roccatagliata apunta que Blanca 'necesita creer que un mundo distinto para sus hijes es posible y realizable, y que su generación es responsable de que eso suceda. Es esa firme creencia la que considero atraviesa la serie, y hace que nos interpelemos cuáles son las deudas que aún tenemos para con todas aquellas vidas que siguen siendo precarias, para con todos aquellos que aún continúan en el plano de la abyección y sometidos a la más extrema violencia y abandono, para con esos cuerpos que aún no importan'.
Esa creencia es también la que atraviesa a Billy Porter, y a todos los que trabajan, desde distintos países -México incluido- para que los prejuicios y los estigmas que aún rodean al VIH puedan desaparecer, finalmente.
Pose es uno de los ejemplos perfectos del por qué es importante contar las historias que nos atraviesan: nunca sabes a quién puedes tocar, a quién puedes acompañar.
Twitter: @SNGCalderon