Margarita, una mujer fiel a su destino
Lilia Margarita Valdéz Martínez nació tan solo unos días después de que las mujeres en México emitieran por primera vez su voto en una elección federal.
Quizá este hecho de gran trascendencia para la vida política de nuestro país, escribió en el destino de la hoy Senadora por Durango lo que sería a lo largo de su vida: una mujer aguerrida y firme que ha sabido ganarse por méritos propios, un lugar destacado en un escenario político dominado por los hombres.
La doctora Margarita Valdéz desde antes de su llegada al Senado en 2018, ya era un referente en la lucha sindicalista y en la defensa de las causas de los universitarios. Por una parte, férrea vigilante del sentir y las necesidades de sus compañeros de gremio en el Sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social y por otro lado, protectora incansable de los derechos de los docentes de la Universidad Juárez del Estado de Durango desde el Sindicato del Personal Académico. Ahí mismo en la universidad de sus amores, Margarita jugó un papel preponderante en el movimiento que defendió la dignidad e integridad de la máxima casa de estudios luego de la infame jugarreta que en 2010, emprendió el Gobierno del Estado para vulnerar su autonomía.
Margarita Valdéz no tuvo empacho, ni temor para cuestionar las causas del atroz atentado, señalar a los presuntos responsables y exigir respuestas ante el caótico escenario. La reacción de la autoridad fue contundente: la actual Senadora vivió en carne propia junto con otros compañeros universitarios la persecución y el hostigamiento, las acusaciones para desprestigiarle y la represión laboral y académica.
La doctora resistió una y otra vez con dignidad y entereza a todos los ataques y amenazas que le infligieron. "Aunque fuimos denostados por defender el espíritu juarista, jamás nos dimos por vencidos ni pusimos en subasta nuestra conciencia" -apuntaría en un texto en el décimo aniversario de la afrenta contra la UJED.
Sin duda esta firmeza y contundencia, son parte de las cualidades que la llevaron a ser electa para ocupar el cargo que hoy ostenta.
Margarita es una mujer valiente, decidida y congruente en su actuar. Si alguien sabe de la lucha por las causas de las personas desde una posición contraria al poder, ella es una de las pocas representantes genuinas.
Hoy desde una posición distinta, es evidente que la Senadora no olvida sus orígenes y sus afinidades. Su tarea legislativa y contribución a la mejora normativa mexicana es tan amplia, que abarca desde la regulación de las condiciones laborales de distintos sectores productivos, hasta el reconocimiento del trabajo doméstico para el otorgamiento de las prestaciones de la seguridad social. Desde el Congreso de la Unión, la doctora Margarita es una digna representante de las mujeres duranguenses: es tan solo la tercera mujer en ocupar una posición en el senado y es la primera representante femenina de un partido de izquierda en Durango que ha accedido a dicha distinción.
Las simpatías para con la doctora son muchas y genuinas, sus declaraciones y posicionamientos en ocasiones controvertidas y polémicas le han asegurado una amplia cobertura mediática y posicionamiento social, obviamente en los tiempos de las benditas redes sociales no ha quedado exenta de la viralización incluso negativa de algunas de estas, dando pie a que ciertos sectores del "círculo rojo" intenten denostarla y restarle capacidades.
Sin embargo, por encima de cualquier argumento en contra, incluso aquellos construidos de manera artificial o desde la ignorancia o la misoginia, queda de manifiesto que Margarita es una mujer capaz e inteligente, comprometida y apasionada con el servicio, firme y congruente con sus acciones. Sin duda estas cualidades dignifican no solo su actuar como legisladora, sino que además le abona al reconocimiento y valoración del papel cada vez más importante y necesario de las mujeres en la política.