Todo listo; hoy arranca el ciclo escolar presencial en forma voluntaria

Este fin de semana, se notó ya más movimiento en las tiendas de uniformes, las papelerías, zapaterías y negocios relacionados con el regreso a clases, que tanta expectativa ha causado este año. De nuevo y, aunque de manera menos abrupta que en 2020, la pandemia obstaculizará el inicio, este día, de un ciclo escolar en la normalidad, aunque hay signos alentadores de que eso pueda suceder progresivamente.

Como se sabe, la prioridad es el cuidado de la salud de todos los estudiantes, maestros y administrativos, dependiendo de su edad, condiciones personales y disponibilidad para asistir presencialmente, o sea que será un regreso híbrido y voluntario, al menos hasta que pase el momento más agudo de esta tercera ola que nos mantiene en semáforo naranja, rozando el rojo.

Así, cada plantel educativo decidirá si arranca o no el ciclo bajo el esquema presencial, luego de casi dos años de mantener la enseñanza en forma virtual, sistema al que, por cierto, hay quienes ya se adaptaron, pese a las evidentes desventajas, sobre todo en cuanto a la falta de socialización en los niños y adolescentes.

Ahora bien, ¿existe una vuelta a clases con garantías de seguridad, cuando nuestro entorno educativo tiene tantas carencias? Al parecer, estamos a punto de descubrirlo, pero de entrada, las aulas, sobre todo en las escuelas del área rural, tendrán que contar con suficiente agua y jabón, algo que muy seguido ni las instituciones particulares tienen.

Deberán implementar, además, una eficaz estrategia para mantener el distanciamiento social, un tema que también presenta dificultades y, en todo ello, por supuesto que se va a requerir más que nunca el apoyo de cada nivel de gobierno y el compromiso de los padres y maestros en las labores de supervisión en recreos, limpieza de las áreas, cafetería escolar y evitar aglomeraciones en la entrada y salida de los estudiantes.

Entonces, aquellas escuelas que decidan convocar a sus alumnos a la enseñanza presencial están comprometidas a poner en marcha todas las medidas preventivas para evitar que los contagios se desborden, porque es muy probable que ocurran algunos, como ha sucedido en otros países, entre ellos los Estados Unidos.

En el mundo solamente 19 países han decidido mantener la enseñanza educativa en forma virtual por temor a un incremento de contagios, pero los serios daños padecidos en el rubro de la educación a lo largo de tantos meses ya no admiten continuar en la misma forma que todo el ciclo escolar anterior y casi la mitad del correspondiente al del año 2019.

Tan sólo la deserción escolar en primaria supera el 40 por ciento en las zonas rurales de país, en tanto que en zonas urbanas ha sido de así el 20 por ciento. La falta de internet y de computadoras en millones de hogares ha sido causa de un muy bajo aprovechamiento en la enseñanza virtual. Los daños económicos en el comercio que sostiene el movimiento escolar provocaron la desaparición de cientos de negocios medianos y pequeños, por lo que urge reactivar los que han escapado del cierre.

Los daños emocionales en la mayoría de los estudiantes que por tanto tiempo han permanecido en casa y sin interacción social durante prolongados periodos también son más que notorios, por lo que el regreso a las aulas ya no puede ser aplazado por otro ciclo más, siempre y cuando todos tengamos plena conciencia de los riesgos y cómo minimizarlos.

Una ventaja es que, para este intento de retorno exitoso a las aulas, la totalidad de docentes cuenta con el esquema completo de vacunación de dosis única y se avanza también en el segmento de entre 18 y 29 años de edad, que ahora es, junto con edades más jóvenes, el más susceptible a las nuevas cepas de COVID-19.

Y ya que no es posible esperar un desvanecimiento total de la pandemia para regresar a las aulas, hagámoslo con toda responsabilidad hacia nuestros hijos o alumnos. Llegó la hora tan esperada para abrir un nuevo capítulo en este largo drama de la pandemia. Y muchos estarán igualmente emocionados y temerosos. A darle pa'lante; no queda de otra.

COLMILLOS Y GARRAS