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Mímesis y conocimiento (tercera parte)

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Mímesis y conocimiento (tercera parte)

Mímesis y conocimiento (tercera parte)

CARLOS CÁRDENAS

Nadie como Leonardo da Vinci supo defender con tanta pasión el oficio de la pintura al grado de considerarla una ciencia, él , más que ningún otro experimentaría el proceso de tránsito desde la pintura a las demás ramas del saber: la anatomía, la óptica, la botánica, la orografía, la ingeniería, etc. Para señalar el carácter científico del arte pictórico Leonardo afirmará en sus notas:

"El pintor es el dueño de toda clase de personas y de cosas ... quien desprecia la pintura no ama ni la filosofía ni la naturaleza. Si se desprecia la pintura, que es la única que imita todas las obras visibles de la naturaleza, ciertamente se desprecia una ingeniosa invención que contribuye a que la filosofía y la especulación perspicaz pueda actuar sobre la naturaleza en todas sus formas - mar y tierra, plantas y animales, hierbas y flores - todas ellas envueltas en luces y sombras".

Y subrayará: "...El ojo, al que llamamos ventana del alma, es el medio principal por el que la inteligencia puede aprender las cosas de la naturaleza de la manera más profunda y total...". Su deseo de representar la naturaleza de la forma más fidedigna posible dentro de sus cuadros le hizo interesarse por el conocimiento de como la luz se proyecta sobre los objetos y les confiere relieve y, por otra parte, su gran aportación en el campo pictórico: el sfumato, surge de una profunda observación del efecto atmosférico que envuelve a los cuerpos, a partir de ese momento todo intento por representar la realidad no podría ignorar el camino trazado por Leonardo; la idea de que el artista debía estar sólidamente formado no solo en el conocimiento de la técnica pictórica sino también en ciencias relacionadas con las matemáticas, como la geometría, lograron que la percepción sobre el oficio cambiara; la clasificación antigua que diferenciaba las artes liberales de las mecánicas comenzó a verse superada y, de alguna forma, su influencia logró llegar hasta nuestros días. Sin embargo, al llegar el siglo XX la mímesis empezó a ser desplazada por una nueva forma de entender el arte; el germen se da principalmente con la irrupción del movimiento impresionista en las últimas décadas del siglo XIX, pero aunque éstos artistas no habían renunciado a la imitación de la naturaleza, su influencia contestataria hacia una imposición institucional de valores que consideraban ya obsoletos logró hacer eco en las nuevas generaciones de artistas que harían suya la causa emprendida por los primeros dándole continuidad a este espíritu emancipador. Las vanguardias artísticas inauguradas por el cubismo de Picasso y Braque desencadenarían un proceso vertiginoso de experimentación plástica que encontraría en los avances científicos modelos inspiradores; la teoría de la relatividad de Albert Einstein (1879 - 1955) despertaría una particular inquietud en la comunidad artística que impactada por una nueva concepción del espacio y el tiempo intentaría llevar a sus obra reflexiones sobre los procesos mentales que interpretaban la realidad de una forma distinta, no como proveniente del exterior, sino más bien interna, una construcción mental que se trasladará al plano pictórico para ofrecer una visión original, simultánea, una perspectiva diferente, considerada, incluso, más real y con sustento científico, revolucionando el rumbo del arte, pero no por ello liberada totalmente de la mímesis.

Escrito en: Galería Seisdieciocho conocimiento, desprecia, todas, naturaleza

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