Comunicar no es sinónimo de convencer

Comunicar y convencer no es solo un camino a seguir para hacer visible la actividad política, sino es la base para gestionar una comunicación efectiva entre lo que necesita la gente, lo que interpretan y difunden los medios y los objetivos temporales de todo gobierno o actor político. Conectar va mucho más allá.

Hoy la ciudadanía, los medios de comunicación y la clase política juegan un papel fundamental y son los protagonistas en el ciclo de la comunicación política. La falta de uno de ellos debilita la consistencia del mensaje.

Comunicar, convencer y conectar con la gente es el más grande reto de los equipos de comunicación hoy en día; en muchas de las ocasiones lo que dice la figura política en sus discursos dista mucho de lo que realiza cotidianamente y, a la vez, de lo que la gente quiere y espera de ella. Es cada vez más necesario para los gobiernos y políticos entender que el conectar con la ciudadanía y con el electorado implica más que el uso de medios convencionales de comunicación o redes sociales.

Para que un mensaje sea recibido y entendido debe ser enviado en el código correcto, es decir, en un lenguaje verbal y no verbal apto para todas las audiencias o, en su caso, para una audiencia con características particulares. Pareciera que la clase política pretende conectar con los ciudadanos mediante el uso y difusión de imágenes estandarizadas, creadas en una oficina de diseño gráfico que elaboran mensajes vistosos pero sin fondo.

Si lo que dicen las y los políticos no se traduce en acciones que la gente pueda ver, sentir y aprovechar, difícilmente se generará una comunicación efectiva. La sociedad ha cambiado pero los políticos siguen actuando de la misma manera.

El conectar implica más que conseguir la foto con un adulto mayor, con niñas y niños, con personas de algún grupo vulnerable; es ir más allá de realizar repentinamente un taller con el tema del mes. La clase política debe ser coherente durante todos los días que dure su encargo. Es fácil subirse a una causa pero lo complicado es defenderla y apoyarla desde la trinchera en que se encuentre.

Para convencer hay que conectar, y para conectar se debe colocar a la gente en el centro de la comunicación, conocer sus necesidades y preocupaciones. Conectar es ofrecerles voz para que sean escuchados y manos para ser atendidos.

Actualmente no se puede conectar con todas las personas con el mismo mensaje y formato. Los intereses, los problemas y las necesidades no son iguales en todos los estados ni municipios, así como las preocupaciones de los jóvenes son distintas a las de los adultos en etapa productiva y a las de los adultos mayores. ¿Qué ofrecen para cada uno de ellos?

Para que los mensajes lleguen hasta donde deben llegar es necesario que la figura política goce de credibilidad, prestigio y reputación... y eso no se construye de la noche a la mañana. No se construye con una campaña política o con una buena acción de gobierno: hay que ir más allá y asumir el compromiso permanente de ser congruente entre el decir y el hacer. La sociedad está cansada de políticas y políticos dicharacheros.

Cuando logren conectar y convencer a la ciudadanía podrán asegurar una complicidad con esas audiencias porque dejan de ser mercado electoral y se convierten en simpatizantes, mismos que, sin pedirlo, replicarán los mensajes en sus círculos de influencia.

Conectar con la gente, comunicar con precisión a través de narrativas adecuadas y convencer con resultados y beneficios tangibles es sumamente necesario en un ambiente de polarización y de amplia competencia política por conquistar a los ciudadanos. La mejor manera de hacerlo es siendo honesto de principio a fin, congruente y propositivo. ¿Se le viene alguien a la mente?

@eduardguezh