Siguen dando tumbos los líderes sindicales de la UJED

Los líderes sindicales de la UJED continúan sin rumbo fijo, pues en tanto que aseguran estar unidos en defensa de los trabajadores, no se ponen de acuerdo en una agenda común y hasta le andan "haciendo la chamba" al rector Rubén Solís Ríos, al manifestarse en las oficinas del gobernador José Aispuro para exigir que el Gobierno le pague a la UJED, cuando Rectoría es la única entidad responsable de la disminución salarial desde hace dos quincenas, al negar el subsidio en el pago del ISR.

En realidad, para los miles de trabajadores que se manifestaron el viernes por la tarde, el Bicentenario no tendría por qué haber sido su destino natural porque, si bien es cierto que el Gobierno del Estado debe liquidar su adeudo de casi 450 millones de pesos con la UJED, lograr ese objetivo es directamente una tarea de Rectoría, no de los sindicatos, quienes no deben levantar ni la mínima sospecha de que están más en apoyo del rector Rubén Solís que de sus mismos representados.

De hecho, no están muy lejos los sindicatos de ser rebasados por la base trabajadora, la cual se unió de manera ejemplar, con mucho orden y cohesión, en una marcha que ya es calificada como "histórica", además de la presencia del grupo de académicos y administrativos que han estado en plantón en el Edificio Central desde el día uno del conflicto, la mañana del lunes 25 de abril.

Si una acción de tal fortaleza como esa marcha llega a donde tiene que llegar, las cosas podrían cambiar; o sea que el verdadero blanco son las autoridades universitarias y, en menor medida, el Gobierno del Estado y es obligación de los líderes dirigir todos los esfuerzos hacia el lugar correcto, hacia quienes están aplicando las medidas sin tomar en cuenta la rotunda negativa que recibieron en su recorrido por las escuelas y facultades.

Tendrían que explicar los tres líderes sindicales, entonces, por qué motivo parece que le están ayudando a Rectoría en esa exigencia, dado que su misión prioritaria es la defensa de sus agremiados de cualquier agravio institucional y, en este caso, el Gobierno del Estado no fue la autoridad que determinó la cancelación del subsidio en el pago del ISR a los empleados universitarios, una conquista laboral que data del 2009.

Obvio es que el cien por ciento de los trabajadores universitarios rechaza esta reducción salarial de impacto inmediato que, en contraparte, no resuelve ni en un diez por ciento el problema financiero de la UJED, pero resulta que, al menos hasta ahora, los líderes sindicales no han mostrado suficiente firmeza ni estrategia en cada una de sus acciones en estos momentos de crisis.

Total que, mientras tanto, ya van dos semanas de descuentos al salario de académicos y administrativos sin que alguien lo impida. La toma del Central, hasta donde se ve, no representó presión alguna para las autoridades universitarias ni esta marcha tan numerosa los hizo desistir. Cada quincena se sentirá la afectación y, para evitarlo, los tres sindicatos universitarios deberán empezar a cumplir con las justas expectativas de sus agremiados y tomar acciones bien dirigidas, que hagan sentir a las autoridades dónde reside la verdadera fuerza.

A través de la historia reciente de la UJED hemos sido testigos de reacciones oportunas y eficaces de un solo sindicato cuando se han visto afectados los intereses de algún grupo de empleados, hayan sido académicos o administrativos, y esta vez que aparentemente están unidos los tres en un propósito y todos los trabajadores están dispuestos a apoyar a sus dirigentes, no se observan resultados positivos.

En este escenario, algunos grupos de trabajadores ya comenzaron a cuestionar el rol de sus líderes y se mostraron inconformes con sus acciones, por lo que es previsible que si las dirigencias del STAUJED, STEUJED y SPAUJED mantienen el movimiento como hasta hoy, no tardarán en ser sobrepasadas por las bases, a las que les asiste todo el derecho de luchar en defensa de su salario, de por sí demasiado bajo. Al tiempo.

COLMILLOS Y GARRAS

HUBO MUY POCO que celebrar para nuestros niños en Durango, si se toman en cuenta los índices de pobreza y violencia en que viven miles de ellos. Se estima que unos 264 mil 600 niñas, niños y adolescentes duranguenses, un poco menos de la mitad de la cifra total, apenas sobreviven entre grandes necesidades y frecuentes omisiones de cuidado... EN TRABAJO INFANTIL, que no es legalmente permitido, Durango se encuentra en el lugar nacional número 17, con el 11 por ciento de ese segmento de menores buscando el pan en las calles y corriendo enormes riesgos... LAS CIFRAS DE maltrato, abuso sexual y situaciones de peligro en que se encuentran muchos de ellos reflejan el tramo tan largo que nos falta para pagar esa deuda con la niñez, tanto a nivel gobierno como del resto de las instituciones, organizaciones y muchas veces la familia.

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