Macron, de la izquierda al centro

Hace diez días el político francés Emmanuel Macron ganó su segunda elección presidencial para extender su gobierno durante cinco años más, en esta ocasión obtuvo el 58 por ciento de los votos contra el 41 por ciento de su rival de extrema derecha Marine Le Pen.

Ya lo dijimos aquí en el pasado: Macron es un gobernante que merece ser seguido de cerca y en lo posible imitado por aquellos políticos que desean llegar al poder y realizar los cambios que la gente desea y no los dictados por los partidos.

Macron asumió la presidencia de Francia en el 2017 cuando apenas cumplía 39 años de edad para convertirse en el mandatario más joven de la historia de su país, ahora a sus 44 años enfrentará enormes retos y adversidades durante el próximo lustro.

Son varios los factores que se unen para convertir a Macron en un político carismático y respaldado por casi el 60 por ciento de los electores.

En primer lugar su juventud, los franceses están cansados de que funcionarios veteranos sin ideas nuevas busquen el poder e intenten implantar viejos proyectos que no han funcionado, en especial aquellos de corte socialista.

En segundo lugar, Macron ha sido ampliamente inclusivo en su gobierno, inició su carrera política como miembro del partido socialista francés, pero en su momento renunció al mismo para formar "La República en Marcha", agrupación partidista de centro que ha conseguido atraer a militantes de todas las corrientes.

Y en tercer lugar el mandatario galo ha sido creativo y renovador en su manera de gobernar además de ser un defensor a ultranza de la libertad, los derechos humanos y la unidad del continente europeo.

Tras su victoria electoral, Macron destacó en su discurso inicial cinco puntos que vale la pena destacar.

Dijo primero que de candidato pasaba de inmediato a convertirse en el presidente de todos los franceses, sin distingos de creencias e ideas políticas. Habrá que preguntar porque a los gobernantes de izquierda de América Latina les cuesta tanto trabajo aceptar y respetar a quienes no piensan como ellos.

El mandatario de 44 años reconoció el avance de la extrema derecha en las elecciones y se comprometió a considerar sus propuestas en el nuevo gobierno, es decir a incluirlos y no considerarlos como sus adversarios.

Macron destacó que emprenderá un proyecto humano con valores sociales y que impulsará ampliamente la creación de empleos y de bienestar para los franceses.

Defendió a ultranza el derecho a la libertad de Ucrania y prometió apoyar a su pueblo para evitar que sean anexados por la Rusia de Vladimir Putin.

Finalmente sostuvo que los próximo cinco años serán los mejores de la Francia del siglo XXI y que su gobierno será respaldado con la fuerza y la creatividad de las nuevas generaciones.

Bajo el complejo panorama político, económico y de salud que vive el mundo será crucial seguir de cerca el desempeño de Macron en un país tan singular como Francia que ha sido líder y modelo a imitar en momentos decisivos en la historia de la humanidad.

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