El monograma de Fernando VII
En la historia numismática de la ceca de Durango encontramos una de las monedas con mayor significado en la cuestión histórica y comercial de la época de la Provincia de la Nueva Vizcaya.
Estas comenzaron a circular en esta demarcación por la escasez de dinero de menor valor ya que existían las monedas de ½ y de un real acuñados en plata con el busto del monarca Carlos IIII y fueron grabadas en la Casa de Moneda de la Ciudad de México y el comercio requería de moneda de baja denominación para subsistir las clases sociales más pobres durante la Guerra de Independencia, y a su vez se querían sacar de circulación las fichas en cobre de pulperías de la cuidad ya que había demasiadas en el comercio y la autoridad municipal quería que hubiera un mayor control de estas.
Fue cuando se tomó la decisión de mandar acuñar estas piezas en la equivalencia de 1/8 de real en cobre, y el diseño tenía que ser de acuerdo al que querían las autoridades que en ese momento eran a favor del Imperio español. Estas circularon en una primera etapa con un diseño en el anverso con su año y las palabras "EN DURANGO OCTAVO DE REAL" sin las ramas de olivos, y fueron del año de 1812 a 1814; la segunda variedad eran semejantes pero con las ramas de olivo en su anverso y su año, estas circularon de 1814 al año de 1818.
El monograma asemeja una "W" y una "V" encontradas pero la primera sección en medio es una "V" y una "A" qué significan la palabra "VIVA", la segunda parte de lado izquierdo es una "F" mayúscula y una "O" que significan FERNANDO, y la tercer sección de lado derecho es un número "7" y una "O" que significan "SEPTIMO", esto nos resulta la palabra "VIVA FERNANDO SÉPTIMO". Esta moneda es de las pocas que circularon como fichas provisionales pero que tienen un rico contenido histórico en la numismática de nuestro país.