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SORBOS DE CAFÉ

Qué ganas de hacerte el amor

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Qué ganas de hacerte el amor

Qué ganas de hacerte el amor

MARCO LUKE

Qué ganas de hacerte el amor.

No he terminado de despedirme de ti y mi cuerpo clama por desnudarte otra vez.

No sé hasta donde será normal que, recién soltando tu mano, mi cuerpo entra en pánico tratando de soltar el éxtasis en el sudor derramándose a cántaros debajo de la ropa.

El arco debajo de tu puerta enmarcando tu cuerpo, es la última frontera entre llevarte para siempre conmigo o permitirte entrara tu casa y esperar una larga noche para volver a verte.

El exceso de deseo no desmedido sólo es la consecuencia de tu forma de hacer el amor.

Es esa manera única de hacerme tuyo desde el inicio del día.

Es esa manera de deshacerme para dejar pequeñas piezas de mi instinto con tu primera mirada.

Es la manera en cómo comienzas la historia del día esa cualidad tuya de hacerme el amor.

Traspasas la puerta de tu casa para caminar hacia mí, rompiendo el viento, dejando una estela de tu silueta en el camino.

Sonríes antes de hablar. Sabes que tu sonrisa me desnuda.

Una vez expuesto, dices "hola", seguido de un beso que eleva la temperatura de mis manos.

Inquietas, casi sin control, se calman por un escaso lapso cuando logro abrazarte, para tocarte, aunque sea un poco, aunque sea sobre la ropa, aunque sea mientras tu piel no se vaya de la mía.

Qué ganas de hacerte el amor.

En complicidad sabemos que desde anoche te lo hacía. Mientras dormías tú en tu cama, yo en un colchón solitario.

No hay más espacio en mis sueños mas que el necesario para que quepas tú, el exacto para que quepas sin nada encima.

Sin pudor, delante de la gente, te hago mía. Basta con saber que te entregas con la pasión esparcida en tus abrazos tiernos.

Basta con entendernos y vaciar de nuestro pecho las quejas para sentirnos liberados, para deshacernos de las prendas sucias con las que se cubren nuestras almas.

Hacernos el amor con la reciprocidad de escucharnos y comprendernos.

Hacernos el amor cumpliendo el juramento de amarnos por siempre.

Hacernos el amor con la agresividad que lleva en su esencia la lealtad y que pocos soportan.

Qué ganas de hacerte el amor.

De repetir esa primera vez que lo hicimos en aquel café donde, aún derrotado, con el futuro a cuestas, con la dignidad quebrada, te apuraste a terminarte la bebida para terminar después en el lugar exacto.

Qué ganas de hacerte el amor.

De volver a encontrar tu blusa detrás de la chimenea, y junto a ella, la vergüenza de mi cuerpo temblando.

Verte a media luz usando tu cabello como vestido, es el presagio de un desafío que se antojaba casi imposible.

Qué ganas de hacerte el amor.

Ardo en deseos de verte otra vez por la mañana.

Muero de ganas por volver a sentir los nervios destrozados a causa de la incertidumbre debajo de la regadera donde mojas tu espalda.

Te veo caminar ahora hacia la puerta de tu casa y sólo puedo pensar en volverte a tener junto a mi cuerpo.

Apenas cierras la puerta de tras de ti y no he dejado de sentir tanto deseo de ti.

Qué ganas de hacerte el amor.

Pero para ser sinceros, nunca he dejado de hacértelo... aún sin tu cuerpo.

Escrito en: Sorbos de café ganas, hacerte, puerta, amor

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