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Lo que pasó a Daniel

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Lo que pasó a Daniel

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ENRIQUE IRAZOQUI

Por fortuna no pasó a mayores que las lesiones leves que les propiciaron las esquirlas del vidrio reventado por las balas que le atizaron a su camioneta y que les pudo haber matado.

Un hombre que hasta ahora solo se le conoce por su nombre de pila, Daniel, ha vivido el pasado miércoles por la noche una experiencia estremecedora, ya que la circular con camioneta Ford Lobo de reciente modelo y con placas de Texas, al transitar por debajo del puente plateado que une Torreón con Gómez Palacio fue baleado por elementos de la policía municipal torreonense.

Según las declaraciones que el propio Daniel emitió a El Siglo, llegó a la ciudad desde el pasado lunes para visitar a su familia y la tarde del miércoles pasó por un amigo. Dijo que se paseaban en la camioneta por el vado cuando fue atacado a balazos por elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, que sin realizar ninguna señal de alto abrieron fuego en contra de la camioneta, impactando una de las balas en la puerta del lado del conductor, logrando la esquirla rozarle la oreja, lo que le provocó una herida y abundante sangrado, en tanto su acompañante resultó con heridas en el rostro de los propios fragmentos de las balas.

Sacudido por lo sucedido paró su vehículo y levantó las manos para que los elementos se dieran cuenta que no portaban armas, siendo en ese instante que los agentes municipales se le acercaron y lo sometieron, para después revisar su camioneta y solicitar una ambulancia.

Al lugar acudieron elementos de la Cruz Roja, quienes le brindaron los primeros auxilios a bordo de la unidad y lo trasladaron a un hospital de la región, donde fue interrogado y quedó bajo observación médica, recibiendo su alta horas después.

Daniel comentó que al ponerse en contacto con su abogado, acudió al lugar de los hechos para recoger sus pertenencias, entre ellas su identificación y pasaporte americano, además de dinero en efectivo, 6 mil pesos mexicanos y 3 mil dólares en efectivo, así como un reloj de marca, pero nada de esto estaba en la cabina de la camioneta y tampoco fue asegurado por ninguna autoridad, por lo que desconoce quién los tomó.

Para concluir su relato el afectado dijo que contrató seguridad privada porque teme ser víctima de otro inciente y que solo espera recuperar su documentación para regresar a Estados Unidos, lamentando lo vivido que cerca estuvo de cegarle la existencia.

Que escalofriante historia la relatada. sin tener hasta el momento de escribir estas líneas la versión de la policía de Torreón, da pavor pensar que a cualquier le pude suceder lo mismo que a Daniel, que quizá en medio de una confusión un policía decida disparar a matar así nomás porque sí.

Insistiendo que no se cuenta con la versión de la autoridad y presuponiendo que el conductor de la camioneta roja con matricula texana haya ignorado intencional o fortuitamente una señal de alto, resulta que los gendarmes hacen gala de sus armas de alto poder y sin mediar protocolo alguno deciden tirar a matar.

Se puede entender que por supuesto los uniformados pueden hacer uso de sus armas de fuego para repeler una agresión que atente contra su seguridad en cualquier fase, incluso cuando noten que el posible agresor muestre sus armas con intención siquiera de apuntar a ellos mismos o a cualquier otra persona que por naturaleza de su función policial estén obligados a proteger.

Pero en esta ocasión Daniel señala que luego de ser agredido se detuvo y alzó las manos junto con su acompañante para que que vieran que ellos no portaban armas. Lo que sucedió después está ya descrito párrafos arriba.

Menuda llamada de atención al alcalde de Torreón para que ponga atención en la reacción de sus elementos de seguridad. Es conocido que la fuerza pública dependiente de Coahuila ha sido señalada por cometer excesos y abusos en ocasiones contra ciudadanos comunes, pero esos cuerpos de seguridad son los responsables en gran medida de la contención de grupos criminales organizados que asolaban a toda la población.

En cambio la policía de Torreón (como todas las policías municipales) que enfrenta generalmente otro tipo de delincuencia menos violenta y más acostumbrada a robar o asaltar, ahora ataca a sin más a un ciudadano que tuvo la fortuna de perecer en el acto.

Es cierto que hay crisis por el agua como bien lo señaló el presidente de Torreón Román Alberto Cepeda González, pero también es imperativo que ponga atención en sus fuerzas del orden, no vaya a ser que pronto se repita lo que le pasó a Daniel.

Escrito en: No hagas cosas buenas... camioneta, elementos, pasó, policía

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