¡Feliz cumpleaños a mí!

¿Qué lindo! ¿no?, cuentan que el día que naciste es el día que Dios decidió que el mundo ya no podía existir sin ti, yo llegue a este planeta bajo la influencia de Mercurio, según los astros soy géminis, mi elemento es el aire lo mío es respirar y fluir. En esta nueva vuelta al sol, agradezco que se cierra y se abre un nuevo ciclo y esto me hace ser más consciente de mi paso por esta tierra. Lo que más celebro es que nunca me he dado por vencida, no he dejado de poner un pie delante del otro, un día a la vez y cuando me he sentido rota me he sabido pegar con gotitas de amor. Aún conservo cada parte de mi ser: la niña, la adolescente, la joven, la adulta que soy. Definitivamente, la mejor edad de la mujer comienza cuando uno deja de esperar que la felicidad venga de un hombre o de fuera, cuando tienes amor propio, respeto por ti misma y no pierdes tu dignidad por nada del mundo. Si duda, tengo buenas historias que contar, las mujeres bien portadas, rara vez hacen historia, así que admito que soy bien imperfecta. Mis emociones no piden permiso para salir, puedo llorar a moco tendido, mis lagrimas se pueden asomar por la película o por el final de un buen libro o de igual manera puedo reírme a carcajadas de esas que te marcan todas las arruguitas en la cara y hacen que te duela la panza, a fin de cuentas, así es la vida, un día te duele el alma y al otro tienes un sentimiento repentino de felicidad y no es locura, eso se llama vivir. Cada día que pasa sin duda, me siento mejor conmigo misma, cada experiencia es como piezas de un rompecabezas que poco a poco va formando el «gran cuadro» de mi conciencia. A solas y en silencio, he recogido con calma cada pedazo de mi alma, los he limpiado y ordenado, sin prisa por reconstruirme, tomando mi tiempo, cada pieza reconstruida me recuerda mi fragilidad y mi fortaleza. A veces me pregunto y me contesto yo misma: "¿para qué diablos es tanto cambio en mi vida?" para: "revisar, reconsiderar, repasar, reacondicionar, reparar, reestructurar, reconocer, recapacitar, rectificar, remediar, reformar", ¡caray! puro crecimiento y aprendizaje, esto significa, que estoy aquí, que estoy viva y que mi camino continúa... En el recorrido está la sabiduría, cuando vas caminando, estás creciendo, ahí te van llegando las respuestas. Me responsabilizo de mi vida, voy a todo tipo de terapias, y si es necesario escalo el Everest para recuperar mi bienestar. Definitivamente este no es un período para quedarme en casa a descansar ni mirar la vida desde una ventana, no se puede encontrar la paz evitando la vida, celebro existir, por eso hoy abro las manos para recibir la energía de esta nueva vuelta al sol, hago una oración, prendo velas, inciensos, lleno mi casa de luz, festejo con mi tribu, con quienes puedo mostrar mi luz y mi sombra y aun así soy amada, comparto con ellos un gran pastel redondo como los mándalas que me gusta tejer, cada felicitación me llena de las mejores vibras y solo me queda agradecer por este gran nuevo ciclo. La vida es tan incierta que la felicidad debe ser aprovechada en el momento que se presenta, es muy corta como para no ir en busca de una de esas tantas alegrías extraviadas parecidas a las de la niñez, después de todo, aún no estoy tan vieja como para dejar de soñar, ni tan joven como para besar a cualquier sapo, estoy en una edad donde uno sabe lo que quiere, lo que no quiere y con quien quiere complicarse la vida... Me estoy convirtiendo en mi mejor amiga, la persona con la que mejor me siento, agradezco todo lo que tengo que no se puede comprar con dinero. Hoy mi preciosa niña interior se siente bonita, especial, maravillosa y muy orgullosa de ver la mujer en la que me he convertido. ¿Como no voy a estar orgullosa de mí? si yo sé las veces que me he levantado, las veces que he tenido ganas de renunciar a todo y aun así he continuado, las veces que he llorado sola y yo sola me he secado las lágrimas, las veces que he tenido miedo y aun así me he arriesgado, la verdad si estoy bien orgullosa de mí. Gracias a la vida por lo que pone, por lo que quita, por lo que acomoda, con el tiempo he aprendido a abrazar todo y danzar al ritmo que toque. Quizá no he llegado a donde quiero, pero no estoy donde estaba, entonces, todo va como debe... Hoy me regalo a mí misma la libertad de ser inexcusablemente yo, una imaginación desinhibida, una mente y corazón abiertos, mi vaso lleno de cosas correctas, disfrutar, disfrutar ¡disfrutar mucho! aprendizaje permanente y sentido del humor. La vida es sagrada, es una celebración y yo soy la invitada de honor. ¡Feliz nueva vuelta al Sol!